Es un juego de Indianápolis 500, muy sencillo pero nada fácil, y es que necesitaremos de nuestra habilidad, pericia y conocimientos para conducir y calibrar nuestro coche perfectamente para lo que se avecina.
Existen varios modos de juego: Uno de ellos es el de
practica, en el cual lo más importante son los reglajes de nuestro vehículo,
pudiendo modificar, a conciencia, la dureza de cada una de las ruedas, la
gasolina que llevará, la suspensión, la tracción, las revoluciones que dará
antes de cambiar de marcha, etc...
El 2º modo es el clasificatorio, en el cual correremos
algunas vueltas para intentar ganar una buena posición para el modo de carrera
y así no salir los últimos sino en un puesto mucho mejor.
Y el modo carrera en si, en este modo, contaremos con cuatro
niveles/longitudes de carrera, con grandísimas diferencias entre estas y que
dependerán de nuestra habilidad y ganas de jugar al juego, y son:
Carrera a 10 vueltas: Tan solo 10 vueltas, siendo nuestro
coche indestructible (no pasará nada por chocarnos contra rivales o muros), y
no habrá banderas amarillas.
Carrera a 30 vueltas: El triple de vueltas. Nuestro coche
sigue siendo indestructible, pero ahora si hay bandera amarilla (si te chocas u
otro rival se choca, tu coche así como los de los rivales irán a una velocidad
reducida durante un tiempo).
Carrera a 60 vueltas: Una longitud considerable, en la que
ya no contamos con la indestructibilidad, por lo que si tenemos un gran golpe
habremos tirado la partida a la basura.
Carrera a 200 vueltas: La carrera definitiva, siendo de
larga duración en la que cualquier choque imprevisto puede destrozarnos la
partida entera, un auténtico desafío para los jugadores expertos.
Contamos únicamente con un circuito, el propio de
Indianápolis, siendo únicamente con curvas a la izquierda y reglajes adecuados
para ellos (por ello si intentamos correr en sentido contrario nos costará más
hacerlo sin los reglajes cambiados).
Por otro lado existen 3 vehículos, siendo el 3º el más
rápido de ellos, al menos por defecto (con los reglajes por defecto), con ello,
incluso aunque no sepamos nada, podemos contar con ese vehículo más rápido para
poder competir en el juego sin quedarnos atrás.
En definitiva, estamos ante un juego de simulación en todos
los sentidos, por un lado porque la conducción no puede ser muy alocada (y
menos si jugamos con daños en el coche), también por los reglajes que se pueden
realizar de muchas y diversas maneras aumentando o disminuyendo la eficacia del
manejo del coche, y porque la elección de la gasolina afecta a la velocidad
pero a menor gasolina hay que repostar más a menudo.
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