Menelik II ( Ankober, 17 de agosto de 1844 – Adís Abeba, 12
de diciembre de 1913) fue emperador de Etiopía (llamada en aquel entonces
Abisinia). Fue negus de Soa, en la Etiopía central, y emperador de Etiopía
desde 1889 a 1909. Menelik II transformó el país, a partir de una serie de
estados semiindependientes, en una nación unida.
Era heredero al trono de Soa tras la muerte de su padre, el
príncipe Hailu Malkot, en 1855, pero fue llevado a la corte del emperador
Teodoro II de Etiopía, el mismo que había vencido a su padre, y que le daría a
una de sus hijas por esposa. Más tarde conquista Soa y se proclama rey de este
territorio, al cual aumenta anexionando otros, como los del pueblo Galla.
Posteriormente defendió la autonomía de Soa junto al
emperador Yohannes IV, a quien sucedió en 1889 tras muchos intentos gracias a
la ayuda de Italia. Ese mismo año anexionó los reinos septentrionales de Tigré
y Amhara y firmó con Italia el polémico Tratado de Wuchale, cuya traducción al
italiano incluía una cláusula por la que aceptaba el protectorado italiano, lo
cual Menelik II no sabía.
En cuanto supo de los términos reales del acuerdo, lo
rechazó , lo cual no agradó a los italianos, que más tarde, en 1894, invadieron
Abisinia provocando una guerra entre ambas naciones. Los italianos pensaban
obtener una fácil victoria, como en cualquier otro país africano, pero fueron
vencidos en la batalla de Adua en 1896 y en ese mismo año Etiopía se proclamó
vencedora e independiente. Firmó entonces un nuevo tratado con Italia, en el cuál
Etiopía ganaba su reconocimiento como país independiente e Italia se quedaba
con la colonia de Eritrea. Abisinia consolidó su independencia en 1906, año en
el que obtuvo el reconocimiento internacional.
En 1886, fundó la ciudad de Adís Abeba y aplicó una política
de modernización militar, económica y cultural que permitió asentar las bases
de un estado moderno. En este proceso cabe destacar su intento de abolir el
comercio de esclavos, el recorte de poder y privilegios de la nobleza feudal
del país y la apertura del comercio con Yibuti, colonia francesa, gracias al
permiso que otorgó a los franceses para construir un ferrocarril. A partir de
1903, cuándo sufrió su primer ataque de apoplejía, su salud comenzó a
deteriorarse y, dos años más tarde, nombró sucesor a su hijo Liy Yassu, dejando
de ser emperador en 1909. Convencido de que al comer páginas de la biblia
sanaría, murió en 1913 en Adís Abeba, de un segundo ataque de apoplejía,
mientras intentaba tragarse el Libro de los reyes.
Cabe destacar las siguientes anécdotas que Gregorio Doval
cita en su obra El libro de los hechos insólitos
«Poco después de que fuera probada con éxito en 1887 la
primera silla eléctrica de la historia, los fabricantes recibieron un pedido de
tres unidades del negus de Abisinia (Etiopía) Menelik II (1844-1913). Cumplido
el encargo, el emperador abisinio, comprometido con un programa de
modernización de su país, no pudo llegar a estrenarlas por la sencilla razón de
que Abisinia no contaba por entonces con energía eléctrica. El emperador, una
vez superado el enfado con sus asesores, utilizó aquellas sillas como tronos
imperiales.
En otra ocasión, se cuenta que Menelik dudaba de la posible
solidez de un futuro puente cuya maqueta le presentaban para su aprobación. El
monarca, decidido a probar, se acercó a la maqueta y la golpeó con el puño,
causando el natural estropicio en el modelo, lo que, a sus ojos, demostraba la
falta de solidez del futuro puente. Sus consejeros, ya escarmentados,
prepararon un segundo modelo, esta vez con sólida madera; Menelik
inmediatamente intentó aplastarlo, y como no pudo, aprobó el proyecto.»
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