Erich
Kempka nació el 16 de setiembre de 1910 en Oberhausen, Rhineland,
Alemania. Su padre fue minero y tuvo, además de Erich otros 9 hijos.
El padre de Erich murió en 1945 y su madre sobrevivió la guerra
en Oberhausen.
Erich
asistió a la escuela hasta la edad de 14 años y luego trabajó
como aprendiz de electricista. Después trabajó como electricista
practicante durante un año, en una distribuidora de automóviles
DKW en Essen. En mayo de 1930 se afilió al Partido Nacionalsocialista
(NSDAP). Posteriormente obtuvo una plaza de chofer en "Essener Nationalzeitung",
trabajo que desempeño hasta 1932.
Con
su experiencia como electricista automotriz y chofer, el Gauleiter Terboven
lo recomendó con Hitler quien lo aceptó como uno de sus choferes.
Entre 1932 y 1936 compartió el puesto con el Brigadefuehrer Schreck,
pero a partir de ese año, fue nombrado chofer particular de Hitler,
pues el Führer nunca condujo su automóvil.
Cuando
Hitler fue nombrado Canciller del Reich, Kempka fue llamado a Berlín
para ocupar el puesto de supervisor del garaje de la Cancillería,
teniendo a su cargo a unos 60 choferes y 40 vehículos, de los cuales
también era responsable.
Desde
que comenzó el asedio a Berlín, cuando Hitler ocupó
la Cancillería, Kempka dormía en los garajes del edificio
que se encontraba en uno de los sótanos. El día 20 de abril
de 1945, fue al búnker a felicitar a Hitler por su cumpleaños, permaneciendo
en el lugar durante un cuarto de hora. Ese día, el comandante militar
de la zona de la Cancillería, General Mohnke, le ordenó a
Kempka que tuviera listos 12 automóviles para llevar esa misma noche
a una 40 personas del entorno del Führer, a los campos aéreos
de Staaken, Tempelhof, Schoenwalde y Gatow. Entre las personas que debió
transportar Kempka se encontraron el vicealmirante von Puttkamer, ayudante
de Hitler como enlace con la Kriegsmarine, el SS-Sturmbannfuehrer Goehler,
representante del SS-Guppenfuehrer Fegelein, y las secretarias de Hitler
Schroeder y Wolf. Esta operación se repitió el 21 de abril
de 1945, para llevar a otras 40 o 50 personas. Durante la noche del 22 al
23 de abril, también fueron llevadas a campos aéreos el médico
de Hitler, Profesor Dr. Morell, dos estenógrafas, la secretaria del
Consulado Doehler y varias empleadas más, todos los cuales fueron
llevados al campo aéreo de Gatow. Kempka declaró que el Reichsminister
llegó a la Cancillería el día 20 a bordo de una Storch
pilotado por Thea Rasche, probablemente aterrizando en Hofjaegerallee.
Como
los vehículos de la Cancillería sufrían los impactos
de la artillería y estaban siendo diezmados poco a poco, Kempka le
preguntó a al SS-Sturmbannfuehrer Guensche, ayudante de Hitler, si
debía tratar de protegerlos de alguna forma para evitar que fueran
destruidos pero Guensche le comunicó que no importaba mucho, que
sólo se usarían los vehículos si fuera necesario, por
lo que Kempka dedujo que nadie más saldría del búnker, incluyendo
el Führer.
Como
Kempka no salía de los sótanos de la Cancillería no
estaba muy enterado de lo que sucedía en los distritos de la capital.
Las dependencias del gobierno estaban siendo incendiadas por los bombardeos
y a partir del 22 de abril, todos los edificios estaban en llamas. Los incendios
se combatían en la medida que fuera posible, con las personas que
estaban disponibles, pero no había ya un sistema organizado para
extinguir incendios.
Kempka
quedó incomunicado el día 25 de abril. Se enteró, de
boca de los pocos choferes que quedaban, que la oficina de prensa había
dado a conocer que Himmler se había puesto en contacto con las fuerzas
Aliadas occidentales diciéndoles que Hitler había sufrido
una hemorragia cerebral, que estaba muy enfermo y que no sobreviviría
mucho tiempo. Kempka nunca leyó la historia personalmente, sino que
le contaron que había aparecido en los periódicos. Pero Kempka
manifestó estar seguro que Himmler no volvió a aparecer en
los alrededores de la Cancillería en los días alrededor del
día 20 de abril y menos después.
El
28 de abril, el SS-Gruppenfuehrer Fegelein, enlace del Himmler ante el Führer,
le ordenó a Kempka que fuera a verlo al búnker para recibir papeles
importantes para destruirlos o esconderlos muy bien, en caso que los rusos
tomaran la Cancillería. Cuando Kempka llegó no encontró
a Fegelein. Supo después, que antes Fegelein había pedido
un automóvil para ser llevado a su casa donde se cambió a
ropas de civil y regresó a la Cancillería. Después
supo que Fegelein había salido del búnker con la misma ropa de civil
para encontrarse con Himmler y después fue regresado e interrogado
por el SS-Gruppenfuehrer Mueller, quien ordenó que fuera fusilado
acusado de traición.
El
29 de abril, Kempka fue llamado por el Führer, informándoles
que estaba vigilando que el transporte de comida al círculo interior
de Berlín no cayera en manos de los rusos y asegurándose que
llegara a los hospitales en el distrito del sector de gobierno. Habían
sido convertidos en hospitales el Hotel Adlon, el edificio del Gauleiting
del NSDAP en Berlín, y las enfermerías en los propios búnkeres
de la Cancillería que habían sido convertidos en hospitales
albergando a varios cientos de heridos.
El
30 de abril a las 14:30, el SS-Sturmbarmfuehrer Guensche le ordenó
a Kempka que se acercara a la Cancillería llevando 5 bidones de gasolina
de 40 litros cada uno. Para Kempka no fue fácil recolectar la gasolina
con cinco hombres, pues las disponibilidades eran mínimas y había
que tomarlas de cuanto vehículo se pudiera tener cerca. A lo más
pudo recolectar 160 litros. Guensche mandó llevar la gasolina a la
puerta posterior en los jardines de la cancillería. Luego en la cancillería
Guensche le informó a Kempka que el Führer había muerto,
sin darle detalles. Ese día, varias veces le pidieron a Kempka bidones
de gasolina para quemar documentos importantes, que los fue llevando, mientras
fue posible, en pequeñas cantidades.
Poco
después Kempka vio al SS-Sturmbarmfuehrer Linge, ayudante personal
del Führer, que sacó un cuerpo envuelto en una manta militar
de color gris. Kempka tuvo que suponer que se trataba del Führer, pero
sólo vio el pantalón y los zapatos, ambos negros que solía
usar el Führer. Kempka entró a la habitación donde estaba
el cuerpo de Eva Braun y lo llevó a través de varias habitaciones
al pie de la escalinata que conduce al exterior donde lo recibió
el SS-Sturmbannfuehrer Guensche, sacando el cuerpo de Eva Braun al exterior.
Eva Braun estaba vestida de negro, con zapatos de tacón alto, tal
vez con suela de corcho. Detrás de Bormann aparecieron, el Reichsminister
Dr. Goebbels y el SS-Sturmbannfuehrer Linge y Kempka. Luego de poner el
cuerpo de Eva Braun junto al de Hitler, el SS-Sturmbannfuehrer Guensche
roció los cuerpos con la gasolina de los cinco bidones y les prendió
fuego. Todos los presentes el Reichsleiter Martin Bormann, Reichsminister
Dr. Goebbels, SS-Sturmbannfuehrer Guensche, SS-Sturmbannfuehrer Linge y
Kempka miraron los cuerpos y saludaron con el brazo en alto.
Como
el jardín de la Cancillería estaba bajo fuego de la artillería,
todos regresaron al búnker, incluyendo Kempka que quiso ver por última
vez el interior, antes de regresar a los garajes en el sótano. Kempka
volvió al garaje y les notificó a sus hombres la muerte del
Führer.
El
01 de mayo, Kempka se enteró por Guensche, que los rusos estaban
ingresando al Tiergarten y que avanzaban hacia el Reichstag. El SS-Brigadefuehrer
Mohnke dirigiría el intento de escapar de la Cancillería a
todos los que quisieran salir. Un grupo de 500 a 700 personas fueron reunidas
a las 9 de la noche en el sector de la Cancillería que da frente
al Hauptverbandsplatz. Todos fueron armados con subametralladoras y Panzerfausts
y todo tipo de armas cortas, formando 6 grupos.
El
General Mohnke tomó el mando del Grupo 1, compuesto por medio centenar
de personas, donde estaban el SS-Sturmbannfuehrer Guensche, la Sra. Christian,
esposa del General de la Luftwaffe Christian, las señoritas Junge
y Kriteger, secretarias del Führer. Todos salieron por un hueco en
la pared de la Cancillería en la calle Willhelm Strasse cerca a la
esquina de Willhelm Strasse y Voss Strasse. Debido al intenso fuego de la
artillería todos tuvieron que correr rápidamente a la entrada
del tren subterráneo, pero la entrada a la estación Kaiserhof
estaba destruida y todos corrieron otros 200 metros a la estación
opuesta al Hotel Kaiserhof. En la estación se reunieron todos los
grupos y recorriendo los túneles fueron hasta la estación
Friedrichstrasse. Kempka vio muchos civiles en los andenes del subterráneo
incluyendo muchos soldados sentados en las escaleras.
El
2 de mayo, el SS-Hauptsturmfuehrer Schwegermann le dijo a Kempka que el
Dr. Goebbels y su esposa murieron en el búnker y que después el búnker
fue quemado. El General Burgdorf y el SS-Sturmbannfuehrer Schaedle de la
Escolta del Führer se quedaron en la Cancillería. Schaedle le
dijo a Kempka que se mataría si los rusos intentaban ingresar.
Guiando
a su grupo de unos 60 choferes y mecánicos, Kempka los sacó
de la estación Friedrichstrasse a la calle desierta que se veía
tranquila. Recorrieron 300 metros en dirección al puente Weidendammer,
donde encontraron un pelotón de soldados que les dijeron que acababa
de pasar un grupo de 50 o 50 civiles en dirección al norte. Los soldados
le dijeron a Kempka que ellos también trataron de ir al norte pero
no pudieron romper la línea rusa. Los rusos habían ocupado
casas y sótanos a ambos lados de la calle Friedrichstrasse al norte
del puente Weidendammer. Kempka hizo regresar a su grupo a la estación
para guarecerse en el Admiralspalast ubicado frente a la entrada. Después
que los otros grupos llegaron a la estación decidieron intentar la
salida. Cruzaron el puente pero al llegar al otro extremo fueron recibidos
con fuego de ametralladoras y regresaron.
Erich
Kempka intentó romper el bloqueo nuevamente pero cuando habían
avanzado unos 20 metros más allá del puente, desde la segunda
manzana de casas que seguían recibieron ráfagas de ametralladora
que los obligaron a retroceder nuevamente. Todos los otros intentos fracasaron.
Kempka pensó que el primer grupo logró pasar debido a la sorpresa.
Contó que más tarde se encontró con la señorita
Junge en marzo le contó que cuando pasaron el puente a las 05:30
un negociador apareció y propuso una tregua hasta las 06:15 a nombre
del General Zhukov. Durante esas negociaciones la señorita Junge
junto a otras mujeres lograron escapar. El embajador Hewel se envenenó
y el SS-Gruppenfuehrer Rattenhuber estaba herido gravemente.
Mientras
Kempka y sus hombres estuvieron en el Admiralspalast, como a las 2 o 3 de
la mañana aparecieron el Reichsleiter Martin Bormann, el Brigadefuehrer
Dr. Naumann, el ayudante del Dr. Goebbels, Schwegermann y otras personalidades.
Kempka le comunicó a Bormann que era imposible tratar de cruzar las
líneas sin armas pesadas. Poco después aparecieron 5 o 6 tanques
y carros blindados. Se decidió que los tanques trataran de cruzar
y que todos los hombres avanzaran detrás de los tanques. El Dr. Naumann,
fue el primero en subir a un tanque poniéndose detrás de la
torreta, seguido por Martin Bormann, el SS-Standartenfuehrer Dr. Stumpfegger
detrás de quien se colocó Kempka. Apenas el tanque avanzó
30 o 40 metros recibió un impacto directo. Kempka sólo recuerda
haber visto un resplandor y quedó inconsciente tirado en la calle.
Kempka pensó que el doctor, que era mucho más corpulento y 30
cm. más alto que él, lo protegió del impacto. Kempka
se arrastró al recuperar el sentido y se protegió en la pared
de la calle donde se sentó porque no podía ver bien y estaba
herido en un brazo. Al primero que pudo ver fue al SS-Standartenfuehrer
Beetz, segundo al mando después del SS Gruppenfuehrer Baur, que tenía
una herida en la cabeza. Luego vio que los demás tanques y carros
pasaban al ataque, pero Kempka pensó que era inútil seguir
intentándolo y regresó al Admiralspalast. Reunió a
sus hombres y los declaró liberados del servicio. A partir de ese
momento cada quien podía hacer lo que le pareciera más conveniente,
unirse a un grupo de combate o irse a casa, recomendándoles que buscaran
ropas civiles.
Kempka
regresó a Friedrichstrasse con 7 hombres junto con el teniente Panzertroop
Joerke quien comandaba un grupo de 3 semiorugas asignados a su protección.
Cruzaron el río Spree por la pasarela de peatones del ferrocarril,
alcanzaron una casa en la ribera norte del río sin recibir ningún
disparo y de ahí por varias colinas hasta un punto en las inmediaciones
de Albrechtstrasse, Karlstrasse o Ziegelstrasse. Por ahí corre la
línea de ferrocarril donde encontraron una posta médica. Ahí
encontraron dos yugoslavos y dos civiles rusos que parecía que habían
decidido quedarse ahí. Todos ellos parecieron simpatizar con Kempka
y sus acompañantes ofreciéndose a conseguirles ropas de civil.
Cuando la mayoría tenía ropas de civil, llegaron los primeros
soldados rusos. El teniente Joerke que todavía no tenía ropas
de civil fue cubierto por nosotros. Los rusos les ordenaron salir mientras
terminaban de cambiarse las ropas. Una yugoslava les dijo que Kempka era
su esposo y que los demás eran campesinos. El grupo decidió
separarse y salir a la calle. Intentando aparecer como civiles, un ruso
de los que los habían detenido antes reconoció a Kempka y
tuvo que regresar.
Los
rusos llevaron comida y licor y comenzaron a comer por unas dos horas. Después
de la comida la yugoslava salió regresando a la mañana siguiente
con un abrigo que le dio a Kempka. Con su nueva ropa, Kempka logró
salir de la casa caminando rumbo a la carretera de Tegel a Henningsdorf.
En
Henningsdorf, fue detenido por soldados rusos y fue recluido en un taller.
Había soldados alemanes, todos con ropas de civil. Nos pidieron papeles
de identificación, 9 de cada 10 no tenía forma de identificarse,
pero afortunadamente todos fueron liberados. Kempka se unió a otros
tres hombres y se dirigieron a Kremmen. En la tarde fueron nuevamente arrestados
y encerrados en un establo. No tenían comida ni agua. A las 05:30
de la mañana fueron llevados donde el comandante de la tropa.
Al
comandante le habían dicho que eran partisanos armados escondidos
en el bosque. Fueron llevados a Velten para presentarse al comandante regional,
un coronel, a quien le dijeron lo mismo. Uno de los escoltas de Kempka sabía
algo de ruso y le dijo al coronel que ellos no habían estado en el
bosque y que habían sido arrestados sin armas a las 6 de la tarde
en el pueblo. El coronel pidió un intérprete.
La
negociación duró una hora. Les quitaron todas las cosas que
llevaban consigo, como hojas de afeitar, peines, lapiceros etc. y fueron
enviados a Bernau con un pase. Sin embargo Kempka y tres hombres se fueron
en dirección a Kremmen. Dos hombres fueron por delante y Kempka con
otro fueron al norte, pasaron por Fehrbellin rumbo a Neustadt para llegar
a Havelberg. En el poblado de Kuemmeritz, Kempka y su acompañante
fueron detenidos por un centinela que se encontraba junto a un vehículo.
Preguntó si ambos eran Werwolf, cosa que negaron Kempka y su compañero.
Luego de preguntar lo mismo varias veces fue al vehículo y sacó
una carabina, apuntándolos y repitiendo la pregunta. Luego los metió
en el carro y fueron llevados por los alrededores durante largo tiempo.
Media docena de veces fueron sacados del carro y apuntados con rifles mientras
les hacían la misma pregunta. Nuevamente Kempka y su acompañante
fueron registrados guardándose lo que podía tener algún
valor y tirando el resto. Poco después los dejaron ir, no sin antes
que un ruso le diera un cigarrillo a Kempka.
El
8 de mayo llegaron a Havelberg buscando un granero donde pudieron dormir.
Muy temprano en la mañana fueron despertados por trabajadores extranjeros
que laboraban en la granja. Les permitieron salir con los acarreadores de
agua y fueron a una granja en Havelberg. Allí les dieron leche y
fueron a dormir. Despertaron a las 3pm. Otros dos alemanes que quisieron
cruzar el Elba, sin lograrlo, estaban viviendo desde hacía dos o
tres días en esa granja. Los cuatro decidieron intentarlo nuevamente.
Permanecieron en la granja uno o dos días más y el 11 de mayo,
cruzaron el río Havel cerca a Havelberg y se dirigieron a Spandau
para ver cómo estaba la situación allá. Unos muchachos
les dijeron que el Elba se encontraba detrás del bosque y era sólo
necesario cruzar un pantano.
En
el bosque había rusos por todos lados. Arrastrándose por el
bosque Kempka y los otros tres hombres llegaron al pantano. Se quedaron
escondidos todo el día y parte de la noche. A las 2 de la mañana
llegaron a la represa, se metieron en el agua y cruzaron a nado. Poco después
fueron detenidos por los rusos, en realidad sólo habían cruzado un
brazo del río Elba, y fueron llevados a un campo de detención
en Havelberg.
En
Havelberg fueron retenidos 16 días y junto a otros 30 o 40 hombres
fueron llevados a Kyritz, vía Golewen. En Gelewen Kempka fue liberado
y con un marinero dejaron Kyritz. Caminaron por la vía férrea
hasta la siguiente estación y de allí abordaron un tren de
trabajadores rurales que iba Wittenberge. En Wittenberge trataron de conseguir
un permiso para quedarse tres días, pero se lo negaron porque no había
comida suficiente para alimentar a transeúntes. Continuaron su camino
en dirección al río Elba. Un cosaco los detuvo a mitad de
camino y los hizo trabajar todo el día. Luego de liberados por el
cosaco fueron a las afueras de la ciudad donde pudieron dormir en una casa
de alemanes.
Al
día siguiente vieron cómo estaba la situación en el
río Elba y decidieron cruzarlo. Encontraron la parte superior de
un coche de bebe y lo usaron para transportar la ropa mientras nadaban.
A las 0130 cruzaron el río. Se reportaron ante el Buergermeister
en Gottberg, una localidad que estaba ocupada por estadounidenses. El Buergermeister
le informó a Kempka que había un cambio de comando por
ingleses y que les recomendaban moverse antes que el nuevo comando tomara
el mando.
Erich
Kempka y el marinero fueron a Vorsfelde y allí recibieron la orden
de los ingleses de marchar a un campo de prisioneros en Salzburg.
Erick
Kempka murió en Freiburg, el 24 de enero de 1975.
Este
relato está basado en el interrogatorio al que fue sometido Erich
Kempka chofer de Hitler, según el documento "Testimonio de Erich
Kempka" tomado en el interrogatorio en Berchtesgaden, el 20 de junio de 1945.
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