Algunas razones por las que se le debe agradecer al pueblo
judío.
“Los judíos dieron comienzo a todo, y con ‘todo’ me refiero
a muchas de las cosas que nos importan, los valores subyacentes que nos mueven
a todos, judíos y gentiles, creyentes y ateos. Sin los judíos, veríamos el
mundo con otros ojos, lo escucharíamos con otros oídos e incluso lo sentiríamos
con otros sentimientos. Y marcaríamos un curso diferente para nuestras vidas
(…) La perspectiva de los judíos se ha vuelto tan parte nuestra que en este
momento incluso podría estar inscrita en nuestras células como un código
genético”.
— Thomas Cahill, Los dones de los judíos
La cantidad de ideas y valores fundamentales que el pueblo
judío dio al mundo es realmente sorprendente. Y también es sorprendente que la
mayoría de las personas no lo reconozcan.
Simplemente olvidamos que esos conceptos e ideales una vez no formaron parte de lo obvio para el mundo. De hecho, no sólo fueron revolucionarios, sino que estaban completamente en contra de la sabiduría convencional de la época. Como escribió Paul Johnson en La historia de los judíos: “Todos los grandes descubrimientos conceptuales del intelecto parecen obvios una vez que han sido revelados, pero formularlos por primera vez requeire un genio especial. Los judíos tienen este don”.
Veamos algunos de los aportes judíos que en nuestro mundo
parecen ser obvios:
1. El día de Shabat: Los romanos ridiculizaron a los judíos
por su holgazanería, pero sólo a ellos les podemos agradecer por nuestro fin de
semana. Hasta la invención judía del Shabat, cada día, cada mes, cada año era
lo mismo. Nosotros introdujimos el concepto de tomarse tiempo de descanso para
dedicarlo a cosas más elevadas y disfrutar el hecho de 'ser' y no sólo de
'hacer'. Los cristianos adaptaron el Shabat judío y lo trasladaron al domingo
en los siglos II y III.
2. Paz en la tierra: En un mundo que reverenciaba a los
guerreros por encima de los demás, el máximo valor era la supervivencia del más
apto. Si te podías apropiar de algo, lo tomabas. El valor de las vidas humanas
era irrelevante. El judaísmo introdujo el concepto altruista de que la paz
entre los hombres es preferible al enriquecimiento de mi tribu.
Como escribió el profeta Isaías: “El lobo vivirá con el
cordero, y el leopardo yacerá con el cabrito, el ternero y el cachorro de león
comerán juntos y los guiará un niño” (Isaías 11:6).
Y también: “Transformarán sus espadas en arados y sus lanzas
en podadoras. Ninguna nación levantará su espada contra otra nación, ni se
entrenarán más para la guerra” (Isaías 2:4)
3. Educación y alfabetización universal: en un mundo en el
que el alfabetismo era un lujo que disfrutaba una minoría, el 'Pueblo del
Libro' enseñó que la búsqueda de la sabiduría y el aprendizaje era la búsqueda
más elevada y una obligación para cada niño y adulto. No existió ninguna
comunidad judía sin una escuela. Los griegos y los romanos no llegaron ni cerca de crear una cultura escrita, y en el
mundo medieval el analfabetismo era todavía peor. La iglesia, los antiguos
griegos y los Estados Unidos, no sólo desalentaban el alfabetismo para algunas
personas (por ejemplo para los negros, los esclavos, quienes no formaban parte
del clero), sino que recién en 1918 cada estado de los Estados Unidos requirió
que los estudiantes completaran la escuela elemental. En India recién en el 2009 se adoptó lo que
el pueblo judío practicó durante 3.500 años.
4. El año sabático: La idea de que los académicos y algunos
otros profesionales se tomen un año cada siete años para dedicarse a su
desarrollo académico viene directamente de la Torá (el 20% de las compañías del
Reino Unido tienen una política de un "receso" y cada vez más compañías se unen a la tendencia. El judaísmo requiere que cada granjero deje
descansar su campo durante el séptimo año y se dedique a estudiar, crecer e
inspirarse. Podemos imaginar el impacto de este foco intelectual sobre toda la
nación.
5. Justicia para todos: En un mundo en el que las mujeres,
los niños, los pobres, los inmigrantes y otros miembros vulnerables de la
sociedad fueron sistemáticamente abusados, el sistema legal judío fue el
primero en proteger los derechos de los desvalidos. Como dice la Torá: “No
oprimirás al extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de
Egipto. No abusarás de la viuda ni del huérfano. Si abusas de ellos, cuando
ellos clamen a Mí, sin duda escucharé sus llantos” (Éxodo 22:21-23).
La ley judía asegura que cada ser humano tiene derecho a un
juicio justo, es inocente hasta que se demuestre que es culpable, y no permite
preferencias hacia los ricos o los poderosos
6. Monoteísmo: El judaísmo revolucionó el concepto de Dios
de una creencia en múltiples deidades e ídolos que requerían sacrificios
(incluso humanos), creados a imagen del hombre y que podían ser sobornados y
manipulados, al reconocimiento de un Creador Único, infinito y altruista que es
la fuerza unificadora de todo el universo, que no precisa nada de la humanidad
y que está disponible de la misma manera para todos los seres humanos.
7. El valor infinito de cada vida humana: en un mundo de
sacrificios humanos, asesinatos infantiles (particularmente de bebés mujeres),
guerras y asesinatos para lograr más bienes materiales, el judaísmo enseñó que
cada vida es sagrada, creada a imagen de Dios y con un valor infinito. Incluso
los ancianos, los que tienen problemas mentales o físicos y los enfermos son
valiosos. Si piensas que esto es obvio, considera que la práctica de sacrificios
humanos era fundamental en la mayoría de las civilizaciones sudamericanas hasta
que los conquistadores españoles cristianos los conquistaron hace 500 años.
8. El derecho a la vida, la libertad y la felicidad: Si bien
los padres fundadores de los Estados Unidos consideraron que “estas verdades
eran autoevidentes”, en verdad eran muy poco evidentes si uno no estaba
altamente influenciado por los valores judíos (de lo contrario la Declaración
de la Independencia en 1776 no hubiera sido algo tan revolucionario). Muchas
sociedades hasta los tiempos modernos intentaron limitar la individualidad en
nombre del servicio al estado, a la religión o al señor feudal (el comunismo,
el nazismo, muchas religiones y todos los regímenes totalitarios). Pero 3.000
años antes de 1776, el judaísmo introdujo en el mundo que cada ser humano tiene
el derecho y la obligación de aspirar a lograr sus objetivos únicos y su
desarrollo personal.
9. Poderes limitados de gobierno: Recién en la Carta Magna
de la Inglaterra medieval se impusieron por primera vez pequeñas limitaciones
al poder del gobernante. Hasta entonces los déspotas de toda clase se
aprovechaban de sus ciudadanos económica, militar y judicialmente para su
propia ganancia. El rey era omnipotente. La Torá fue el primer sistema que fijó
límites a los poderes del monarca. Sus poderes eran controlados por una rama
judicial independiente (el Sanedrín o la Corte Suprema), miles de años antes de
que el resto del mundo estuviera listo para adoptar esas ideas. El rey judío
llevaba con él todo el tiempo un rollo de la Torá, para recordarle que él
también estaba subordinado a todas sus leyes.
10. Tzedaká y tikún olam: En un mundo en el cual la idea de
dar a otros lo que te pertenece se consideraba raro y tonto, el judaísmo enseñó
que estamos obligados a donar entre el 10% y el 20% (diezmo) de lo que ganamos
para hacer del mundo un lugar mejor. El judaísmo fijó la tendencia milenios
antes, al requerir que prestemos dinero a nuestro prójimo sin cobrar intereses,
devolver objetos perdidos, evitar el abuso verbal y la calumnia, no vengarse y
no guardar rencor, proteger a los animales del sufrimiento, y exigirnos que
amáramos a cada ser humano sin importar su raza, su religión o su color. “Ama a
tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18) fue introducido 2.000 años antes
del cristianismo.
Sin el pueblo judío, el mundo tal como lo conocemos no
existiría. Paul Johnson lo resumió maravillosamente: “A ellos (a los judíos)
les debemos la idea de igualdad ante la ley, tanto divina como humana; de la
santidad de la vida y la dignidad de la persona; de la consciencia individual y
de la redención personal; de la conciencia colectiva y de la responsabilidad
social; de la paz como un ideal abstracto y del amor como la base de la
justicia, y de muchos otros ítems que constituyen la base moral de la mente
humana. Sin los judíos, este hubiera sido un lugar mucho más vacío”.
Mientras el mundo estaba ocupado incorporando a su cultura
los inventos judíos, simultáneamente nos perseguían y a menudo intentaban destruirnos.
¡Qué extraño que uno de los pueblos con mayor cantidad de contribuciones
positivas a la humanidad fuera más odiado que cualquier otro! Cahill observó
este fenómeno: “Nuestra historia está repleta de ejemplos de aquellos que se
negaron a ver lo que eran realmente los judíos y a través de su ceguera
intelectual, chauvinismo racial, xenofobia o simplemente maldad, fueron
incapaces de dar lo que se merece a esta extraña tribu, a esta raza que vagó de
un lado a otro del mundo y que son los progenitores del mundo occidental”.
Como dijo John Adams, presidente de los Estados Unidos: “Yo
insistiré que los hebreos han hecho más por la civilización que cualquier otra
nación. Si fuera un ateo y creyera en un destino eterno ciego, de todas formas
seguiría creyendo que el azar ordenó que los judíos fueran el instrumento más
esencial para civilizar a las naciones”.
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