domingo, 6 de noviembre de 2011

Puente de Cal y Canto



El Puente de Calicanto o de Cal y Canto fue un puente construido sobre el río Mapocho, en la ciudad de Santiago de Chile. Obra del feroz corregidor Luis Manuel de Zañartu, es considerada una de las mayores obras arquitectónicas de la historia de la ciudad y fue símbolo de ésta hasta su demolición en 1888.

Orígenes y construcción


Con el correr de los años, la ciudad comenzó a expandirse y en la ribera norte del Mapocho se estableció la zona agrícola de "La Chimba" (actuales comunas de Recoleta e Independencia).

Tras años de infructuosos intentos, el corregidor de Santiago, Luis Manuel de Zañartu logró iniciar por orden del Gobernador Antonio de Guill y Gonzaga, la construcción de un verdadero gran puente. Asesorado por el ingeniero José Antonio Birt, el Corregidor Zañartu dió inicio a los trabajos del "Puente Nuevo", el 5 de junio de 1767.

Zañartu, conocido por ser un hombre justo pero despiadado, ordenó la utilización de los reos de la cárcel para la construcción de la obra. Con este fin, se estableció un anexo de la cárcel en la orilla del río. Los trabajos forzados a los que fueron sometidos los reclusos provocaron una queja incluso del Procurador de los Pobres de la Real Audiencia debido a los implacables gemidos del continuo padecer de estos miserables que se hallan trabajando al rigor del sol con una vergonzosa desnudez, mal comidos, enfermos y ultrajados de sobrestantes, lo que no impidió de todas formas la realización del plan del corregidor.

Finalmente, con un costo de 200.000 pesos sin contar la mano de obra forzada, fue inaugurado el Puente de Cal y Canto, el 20 de junio de 1779.

El puente


Esta obra de ingeniería medía 202 metros de largo, siendo 120 de éstos los correspondientes al ancho del río y los restantes eran las rampas necesarias para alcanzar la altura de la calzada. El puente se elevaba a más de 12 metros de altura sobre el río y tenía un total de 11 arcos de 9,2 metros de alturas. Los pilares descansaban en cimientos de más de 4,2 metros de profundidad y su calzada tenía un ancho de 8,4 metros, por donde podían circular carretas en ambos sentidos dejando espacio para caballos y peatones.

Su estructura estaba hecha de cal de Polpaico y de rocas traídas de las canteras de Cerro Blanco y utilizaron más de doscientos mil huevos para pegar estos elementos. La utilización de cal y cantos fueron los que le dieron el nombre con el que pasó a la historia este puente.

El río Mapocho es un pequeño cauce y solamente en los meses de invierno, crece y se convierte en un caudaloso torrente que puede arrasar con todo a su paso, lo que obligó al gobierno colonial además a comprometerse con la construcción de los tajamares para proteger a la ciudad de las crecías del Mapocho. Sin embargo, el bajo cauce del Mapocho contrastaba con el enorme puente construido. De los 11 arcos, 3 nunca fueron tocados por las aguas y se convirtieron en baños públicos, por lo que se consideró que "El Calicanto es demasiado puente para el Mapocho". Un estadounidense, en 1850, llegó a afirmar que "La ciudad debería vender el puente, o comprar un río bastante para él".

Con el paso de los años, el Calicanto se volvió un símbolo de la ciudad y todo un centro comercial para los santiaguinos. En los años 1830 se construyeron sobre cada pilar del lado poniente, unas garitas semicirculares en las que se instalaron tiendas, en las que se vendían frutas, baratijas, dulces y otras confecciones. En total, hubo hasta cinco boticas, dos panaderías, bodegas de vinos, relojerías, sombrererías, talabarterías y hasta la imprenta del periódico "La Estrella de Chile", que se instaló en julio de 1887.

Demolición

Catorce meses después, los encargados de la canalización del río ordenaron derribar el Puente para continuar con sus trabajos. A pesar de las diferentes reacciones en contra de dicho suceso por parte de la opinión pública, el puente más grande de Santiago fue minado el 10 de agosto de 1888.

"Desde antes de las cinco de la tarde, la afluencia de gente en el río iba aumentándose con la multitud que a esa hora sale de sus ocupaciones, del comercio y oficinas. Todos contemplábamos el aspecto atorrante del río y el embate de sus olas, que momento a momento iban derribando las casuchas de los comerciantes situadas en la ribera sur. Una de esas casuchas, al caer, cubrió una buena parte del río con miles de cabezas de cebolla allí almacenadas.
Al día siguiente, las bases del puente, minadas que fueron con gran trabajo la impetuosidad de las olas no tardó en consumar su destrucción, y una considerable extensión de él se vino al suelo a las cinco un cuarto de la tarde del sábado 11. Aún después de terminada la canalización del Mapocho, no habría habido la menor necesidad de destruir su magnífico puente: la utilidad de éste en todo caso, y el patriotismo, demandaban su conservación.

¡Qué gran desgracia para la ciudad! Chile, con toda su riqueza de hoy, no podrá jamás hacer de nuevo un puente como el de Cal y Canto."

Extractos de diarios de la época, Santiago, agosto de 1888

Tras su demolición, el Puente Calicanto quedó en la memoria de la ciudad. Hasta el día de hoy, la calle que era usada antiguamente para unir dicha estructura con la Plaza de Armas lleva el nombre de "Puente" y la estación del Metro de Santiago ubicada en la zona donde antiguamente se erigió, lleva el nombre de Puente Cal y Canto. Un monolito, en la ribera norte frente a la Piscina escolar, señala la ubicación que tuvo el afamado puente.

Durante la construcción de dicha estación, a mediados de los años 1980, fueron encontrados algunos restos subterráneos del Puente, los que se conservan en la estación del Metro.


No hay comentarios:

Publicar un comentario