sábado, 18 de mayo de 2013

Revolucion Rusa


Rusia vivía bajo una autocracia política, es decir, un régimen absoluto regido por la autoridad todopoderosa del zar. Éste se apoyaba en un gobierno corrupto y excesivamente burócrata, así como en una aristocracia que dominaba feudalmente el campo. En este marco, la falta de libertades, de Constitución y el uso de la represión como instrumento estatal, eran muy comunes. La estructura social se aproxima a la del Antiguo Régimen.



·         La nobleza posee grandes propiedades y copa los principales puestos de la administración y del ejército.
·         La Iglesia Ortodoxa también ostenta numerosas tierras, dependen del zar y es un gran brazo de presión ideológica para la sociedad, al servicio del poder.
·         La burguesía interviene en actividades financieras tanto interiores como exteriores. No es muy numerosa ni influyente.
·         El proletariado urbano aguanta unas condiciones laborales y sociales muy duras. Se concentra en las ciudades industriales y algunas cuencas mineras. No es muy numeroso y se compone básicamente de emigrados del campo.
·         El campesinado continúa vinculado (de manera dependiente) a la nobleza, con unas deplorables condiciones de vida. Suponen el grueso de la población y apenas podían llegar a la propiedad de la tierra. Entre ellos calaron muy fácilmente las ideas populistas y anarquistas.

Esta situación de profundo desequilibrio socioeconómico y político provocó la aparición de diversos grupos de oposición dentro de esta Rusia zarista:
·         El partido social-revolucionario, dirigido por Kerenski. Defienden el colectivismo agrario y son hostiles a la industrialización.
·         El Partido Demócrata Constitucional (Kadetes): Integrado por liberales de la nobleza y la burguesía.
·         Partido Obrero Social-demócrata Ruso: Se dividió posteriormente en mencheviques (socialistas moderados) y bolcheviques (socialistas exaltados).



1.2 La revolución de 1905

La situación política de Rusia era propia de un régimen caduco y anti­cuado como ya no existía en ningún país de Europa, ni siquiera en otros imperios como el Austro-húngaro. La crisis económica de 1901-1903 vino a sumarse a esta situación de inestabili­dad política y social. Estallan huelgas obreras entre e1 proletariado industrial ur­bano, sublevaciones campesinas y acciones terroristas, que son reprimidas con gran dureza.

A todo ello se une la guerra contra Japón de 1904-1905 (por el dominio de Manchuria, que era parte de China), y que supuso una derrota para Rusia. Como ocurrió tras la Guerra de Crimea, se puso de nuevo de manifiesto la debilidad del ejército zarista. Este hecho fue el detonante de la protesta popular contra el régimen, sobre todo de los campesinos, al dictarse unas leyes que aumentaban el servicio militar.

El nueve de enero de 1905 (el «domingo sangriento») los obreros de San Peters­burgo organizaron una marcha para solicitar una serie de reivindicaciones al zar basadas en: un régimen constitucional, libertades cívicas y políticas, la división de poderes, además de unos derechos básicos como: la abolición de los impues­tos indirectos, la jornada de ocho horas, derecho de sindicación y huelga, etc.

Esta marcha fue disuelta por las armas. Para coordinar el movimiento huel­guístico surgieron nuevas formas de organización de las masas populares, denominadas soviets. La huelgas y protestas se extendieron en las ciudades y en el campo e incluso entre el ejército y la marina (como el famoso motín del acorazado Potemkim, en Odessa y el de los Marinos de Sebastopol).

El zar acorralado por esta situación, anunció en octubre una serie de concesio­nes, plasmadas en una reforma política: instauración de una asamblea represen­tativa o Parlamento, denominada Duma, sufragio universal, derechos básicos y fundamentales de los ciudadanos, etc.

No obstante, en noviembre de ese mismo año de 1905, el zar vuelve a la autocracia; decide apoyarse en el ejército y la policía, y reprimir todo movimiento de oposición. La revolución de 1905 fracasó, aunque puso de manifies­to el descontento popular; se considera que fue el ensayo de la de 1917, ya que los principales dirigentes revolucio­narios, como Lenin y Trotski, obtuvieron de ella experien­cias importantes.

2. La revolución de 1917 y sus repercusiones. La III Internacional

La participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial evidenció aún más sus grandes problemas internos: su atraso económico y social limitaba sus posibilidades para hacer frente a una guerra.
La falta de organización y de abastecimientos al ejército y a la industria, y de alimentos a las ciudades (debido también a la carencia de una infraestructura básica de los transportes), unido a las derrotas en la guerra y al avance del enemigo en el interior, aumenta la desmoralización de la población y de los ejércitos en los frentes de batalla.
En Rusia, las posturas contrarias a la guerra, mantenidas por obreros y revolucionarios, fueron más contundentes que en el resto de Europa; las huelgas y el descontento se generalizaron por todas partes.

2.1   La revolución de 1917
La revolución de 1917 pasó por tres fases: la moderada, en febrero, señalada por la caída del zarismo; un intento contrarrevolucionario, en julio, y la exaltada, en octubre.

2.1.1 La revolución burguesa de febrero
Desde 1914 Rusia luchaba en la Primera Guerra Mundial junto a Gran Bretaña y Francia, y contra Alemania y Austria. Al igual que la derrota contra Japón influyó decisivamente en la revolución de 1905, la participación de Rusia en la Gran Guerra y sus derrotas, influyeron también en los hechos de 1917.
La escasez en el abastecimiento de los alimentos, las protestas democráticas contra la autocracia de los zares y la reclamación de la paz fueron los motivos de las manifestaciones populares que tuvieron lugar en Petrogrado el 14 de febrero de 1917.

El factor más decisivo para su éxito fue el apoyo de la guarnición militar. El 25 de febrero se declaró la huelga general y al día siguiente se constituyó un soviet para dirigirla. Poco después consiguieron la adhesión de la Duma (“Parlamento ruso”) y el 2 de marzo abdicó el zar Nicolás II.

El primer problema grave que se planteó a los sublevados fue el de la dualidad de poderes: por una parte estaba el soviet constituido en Petrogrado y por otra, se formó un gobierno provisional con mayoría demócrata, cuya figura clave sería Kerenski.

Este régimen de febrero dio lugar a la formación de una República democrática parlamentaria, que duró de marzo a octubre. El gobierno provisional reconoció los derechos y las libertades básicas, otorgó una amnistía (que posibilitó la vuelta a Rusia de Lenin y otros muchos revolucionarios y políticos exiliados y perseguidos por el régimen zarista) y tras convocar una Asamblea Constituyente, se decidió a continuar la guerra.

Lenin llegó a San Petersburgo el día 3 de abril; publicó su obra, Las tesis de abril (donde analiza el estado de la revolución y propone una radicalización de la misma), y se opuso al gobierno provisional defendiendo el traspaso de todo el poder para los soviets. En mayo entraron en el gobierno socialista representantes de los soviets.

Más tarde, en el mes de julio de ese año, los soviets celebran el primer congreso de toda Rusia a finales de junio de 1917. Paralelamente a los fracasos militares se produce una gran cantidad de huelgas, manifestaciones y actos de desobediencia en los que se exige la dimisión del gobierno provisional. Los secto. res conservadores aprovechan el argumento del desorden para demostrar los peligros de la revolución.

En septiembre, el general Kornilov, con el argumento de acabar con los desórdenes, intenta un golpe de Estado en Petrogrado que acaba frustrándose gracias a la movilización de los soviets, cada vez más influenciados por los bolcheviques, que forman una milicia armada de obreros y soldados ante la que los soldados de Kornilov se niegan a disparar. Como resultado, los bolcheviques salen fortalecidos.

2.1.2 La revolución bolchevique de octubre

Los bolcheviques fueron ganando adeptos y entre el 23 y el 26 de octubre planificaron y dieron un golpe de mano, preparado por Lenin y Trotski, dos de sus principales dirigentes, mediante el que se hicieron con el poder.

Lenin pasó a la acción y consiguió que se aprobara su propuesta de insurrección revolucionaria. El 25 de octubre los bolcheviques ocuparon los lugares estratégicos y la guardia roja (formada sobre todo por obreros industriales) tomó el Palacio de Invierno y obligó a huir a Kerenski y a su gobierno.

La revolución se hizo bajo la consigna de «todo el poder para los soviets», aunque serían los bolcheviques los que controlaran el poder y dirigidos por Lenin, organizaran la vida social, económica e institucional. Se inaugura así el período conocido como República revolucionaria de los soviets (1917-1921).


2.2   Las consecuencias de la Revolución Rusa. La III Internacional.

Las repercusiones de los movimientos revolucionarios de 1917 no se hicieron esperar. En abril estallaron en Suecia huelgas y motines militares; en el verano se desarrolló la crisis de 1917, en España, donde la inestabilidad social continuaría hasta 1923.
En toda Europa se crearon formalmente Partidos Comunistas (PC). La esperanza de alcanzar una hazaña como la rusa, fue la que animó a numerosas organizaciones de izquierdas (comunistas fundamentalmente) a intentar emular la revolución en muchos países del continente.
En mayor o menor medida, el fragor izquierdista alteró el curso político en algunas naciones como España, donde se proclamó la II República en 1931, o en Francia, con el triunfo del Frente Popular (Front Populaire) en las elecciones de 1936.
La oposición a esta oleada comunista fue la agrupación de todas las fuerzas opositoras (fascistas autoritarios, nacionalistas autoritarios, tradicionalistas y hasta meros defensores de la economía capitalista). Dichas fuerzas fueron convergiendo, desde la década de los 20 y a lo largo de los 30 del siglo XX, hasta la creación, en ocasiones, de movimientos totalitaristas.

3 La etapa de Lenin y la formación de la URSS

Como hemos dicho, Lenin formó un nuevo gobierno, disolvió la Asamblea Constituyente y firmó la Paz de Brest-Livosk con Alemania el 3 de marzo de 1918. Por este tratado, Rusia perdió 800.000 km2 y una cuarta parte de la población.
Posteriormente, se constituyó el Consejo de los Comisarios del Pueblo, convirtiendo de esa manera a Rusia en el primer país donde los obreros alcanzaban el gobierno. El poder de los soviets y la dictadura del proletariado se erigen en los pilares básicos de la Rusia revolucionaria. Se crearon, como instrumentos del nuevo Estado, la Checa (policía política), el Ejército Rojo y la primera Constitución soviética (julio de 1918).
La situación en el país, lejos de estar controlada, se tensaba exponencialmente. Como consecuencia, se desató la guerra civil (1918-1921) entre los partidarios de la Revolución (bolcheviques o rojos) y sus enemigos (mencheviques, sectores burgueses y conservadores: los blancos, que contaban con el apoyo de Reino Unido, Francia y Japón). El heterogéneo Ejército Rojo, dirigido de forma eficaz y disciplinada por Trostki logró imponerse al Ejército Blanco, en un conflicto en el que la familia del Zar Nicolás II fue asesinada en el mismo 1918. La hostilidad entre los contendientes fue intensa, con elevadas ejecuciones y muy pocos prisioneros.
En lo económico, el comunismo de guerra, basado en un riguroso control sobre la economía, fracasó, dejando a Rusia en una situación nefasta. Entre 1921 y 1927 Lenin propone la NEP (Nueva Política Económica), encaminada a recomponer la economía y aligerar las tensiones en un país destrozado por la guerra. Se permiten las inversiones extranjeras y se liberalizan ciertos sectores de la economía rusa (agricultura, comercio…). Se trata de una economía de tipo mixto, donde se mezclaban formas económicas del sistema capitalista, con sectores de la economía socializados.
En diciembre de 1922, el Congreso de los Soviets, aprueba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en una estructura de tipo federal. En julio de 1923, se aprueba una nueva Constitución en la que se potenciaba la centralización y el poder del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS, CCCP), el único permitido en la URSS, que dirigía y controlaba el Soviet Supremo (órgano superior legislativo, formado por delegados de los soviets de todas las repúblicas).




4 La época de Stalin (1927-1953)

A la muerte de Lenin, en 1924, se planteó una lucha por el poder entre Trotski y Stalin, que formulaban modelos políticos diferentes. El primero sugería priorizar la revolución general y la socialización internacional, puesto que estaban convencidos que en una sólo país la revolución acabaría fracasando. Por ello había que alentar el modelo revolucionario socialista ruso por otros países.
Stalin, por su parte, aspiraba en primer lugar a consolidar económica y políticamente a la recién nacida Rusia soviética. El enfrentamiento era claro ya en 1922, pero estalló una vez que Lenin hubo muerto. En 1927, una abrumadora mayoría del PCUS se inclinó por las tesis de Stalin y expulsó a Trotski, moriría asesinado en México años después. En 1930, el XVI Congreso del Partido la Jefatura del Estado a Stalin.

En sus relaciones exteriores, Stalin impuso una política de moderación y de abandono de la acción revolucionaria, llegando a propugnar la alianza de los comunistas con los partidos burgueses. Fue la táctica para la creación de
Frentes Populares, que ganarían las elecciones generales en Francia (1935) y en España (1936). En política exterior, Stalin utilizó el Komitern¸ creado por la III Internacional, para imponer su política a través del control de los Partidos Comunistas de los demás países.
La URSS ingresó en la Sociedad de Naciones en 1934, tras haber sido reconocida por los EEUU. Participó en la II Guerra Mundial junto a las potencias aliadas, para enfrentarse a Alemania pese al pacto que con ella firmó en 1939.

En cuanto a política interior, Stalin aplicó un férreo control sobre la URSS, prohibiendo las libertades individuales. También llevó a cabo una serie de purgas, que comenzaron en 1933 y que consistieron en la eliminación, completa, de todos los opositores al estalinismo, especialmente los trotskistas. Desaparecieron así decenas de miles de personas, sobre todo en el período 1936-38. Ello también se explica gracias a la promulgación de una nueva constitución en 1936, que concentraba todo el poder el Soviet Supremo; es decir, en el PCUS, es decir, en Stalin.

En política económica se impuso el pragmatismo que ya simbolizaba la NEP. No obstante, ésta fue abandonada en 1928 y sustituida por un sistema de planificación económica. Así nacieron los planes quinquenales, a través de los cuales, todos los medios de producción agrarios e industriales pasaban a ser controlados por el Estado. No obstante, desde un punto de vista agrario, las tierras se estatalizaron, la colectivización sobrevino rápidamente y se explotaron siguiendo dos modelos:
·         Koljos: cooperativas socialistas de producción formadas por campesinos.
·         Sovjos: Granjas del Estado cultivadas por trabajadores asalariados.

El fin esencial del plan quinquenal era convertir a Rusia en un país industrial y económicamente independiente respecto a las demás naciones.
·         El primer plan correspondió al período 1928-1932, y consiguió desarrollar los medios de producción para industrializar el país.
·         El segundo plan, de 1933-1937, dobló el PNB gracias a la implantación de más industrias y la implantación del stajanovismo (fomento de la competitividad entre los trabajadores).
·         El tercer plan (1938-1942) fue interrumpido por la II Guerra Mundial, cuando la URSS ocupaba el 3er puesto economía mundial tras EEUU y Alemania (habiendo desbancado a Reino Unido).

Entre 1928 y 1948, la producción industrial creció un 12%  anual. Nacía otra Rusia, industrial y urbana, fuertemente socializada y dirigida por personas que no tenían su origen en el capital ni en el linaje, sino en la inteligencia aplicada a los conocimientos técnicos y a la carrera política en el partido.


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