El
Napalm es un combustible que en términos generales se puede clasificar
como gasolina gelatinosa. La gasolina es un combustible extremadamente volátil
y dañino para la salud, porque posee una gran cantidad de componentes
químicos que son letales para los seres vivos debido a su toxicidad.
No es necesario contar entre ellos el más venenoso de todos, que es
el plomo que contienen algunas gasolinas. Debido a esa volatilidad y a que
se enciende muy fácilmente, fue utilizada como arma desde la Primera
Guerra Mundial. La gasolina fue utilizada en lanzallamas por alemanes desde
la Primera Guerra Mundial y los Aliados a finales de ella, pero tenía
el inconveniente de que se quemaba muy rápidamente lo que reducía
su eficacia en combate.
Durante
la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de EEUU dispuso de fondos para investigar
la forma en que la gasolina se consumiera lentamente y en 1942 los científicos
de la Universidad de Harvard con el Ejército, liderados por Fieser
encontraron la forma de mezclar la gasolina con una mezcla gelatinosa y lograron
así que la combustión durara más que lo normal.
Napalm
Lo
que hicieron los científicos, fue crear una especie de jabón
hecha de polvo de aluminio de naftalina y palmitato -de ahí el nombre
de Napalm- conocido también como ácidos nafténico y palmítico
todo eso mezclado con gasolina, lo que resultaba en una especie de brea gelatinosa
que se quemaba más lentamente que la gasolina normal. El Napalm se
mezclaba en diferentes concentraciones, 6% para los lanzallamas y entre 12
a 15% para bombas incendiarias. No hay que confundir las bombas de Napalm
con las de fósforo, pues estas últimas se prenden violentamente
ingresando a todo espacio libre que encuentran, ni más ni menos como
un fósforo o cerilla se prende rápidamente hasta consumirse
quedando encendida sólo la medra. El Napalm se quema con la violencia
de la gasolina, pero su duración es mucho mayor, de manera que continúa
en actividad después que se consuman los elementos combustibles con
los que entra en contacto, madera, tela, papel y material orgánico.
Napalm-B
Durante
la Segunda Guerra Mundial, se usó Napalm. El Napalm-B, que no es Napalm
en el sentido estricto de la palabra porque utiliza 46 partes de polistireno,
21 partes de benceno para solidificar 33 partes de gasolina se uso en las
guerras posteriores a 1945 y se sigue utilizando en la actualidad. En Dresden
los británicos usaron mayormente fósforo, mientras que en las
ciudades japonesas los estadounidenses usaron Napalm, porque las casas japonesas
eran de madera y papel y por tanto ardían muy fácilmente. En
las guerras posteriores se ha usado también Napalm, por ejemplo en
Corea y Vietnam. En las tres últimas guerras en Irak y Afganistán,
EEUU cambió el producto Napalm-B por Bombas Mark-77, que es un Napalm
con mezcla gelatinosa similar y que EEUU considera "legal", porque
no firmó la proscripción de esas armas que las Naciones Unidas
ordenó en 1980, debido a su naturaleza genocida.
El
poliestireno se usa en la industria de plásticos de manera muy común,
por ejemplo en equipos de radio y televisión o muebles. El poliestireno
expandido es el Styrofoam, que se usa en envases protectores. Fabricar Napalm
es muy fácil, al menos en su forma más primitiva, pues basta
disolver el Styrofoam en gasolina hasta obtener una sustancia pastosa. Pero,
el Napalm-B es mucho más seguro que el original, pues los soldados
incluso pueden fumar en las cercanías sin mayor peligro, cosa que no
ocurría con el Napalm original. De hecho, el Napalm-B, al contrario
del Napalm de la Segunda Guerra Mundial, no se puede prender con un fósforo.
Bombenbrandschrumpfleichen
El
Napalm-B precisa del trinitrotolueno (TNT) para explotar una carga de fósforo
blanco que a su vez encenderá el Napalm. Como elemento de poscombustión,
el Napalm genera monóxido de carbono que produce la muerte por asfixia.
Pero las altas temperaturas generadas por el Napalm causan la llamada tormenta
de fuego que quema los pulmones al respirar el aire caliente a miles de grados.
Como se constató en Hamburgo y Dresden, las altísimas temperaturas,
del orden de los 4 mil grados Centígrados, también causan la
deshidratación inmediata de los cuerpos vivos, tal como lo dicen los
informes alemanes que refieren que en esas ciudades, muchas personas murieron
por el fenómeno llamado "Bombenbrandschrumpfleichen", que
significa "cuerpos encogidos por las bombas incendiarias".
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