El 27 de noviembre del año pasado, Edwin Valdés (25) y
Juliana Aguirre (21) llegaron a Santiago desde Colombia. Ya eran pareja, pero
no vivían juntos. En Chile comenzarían su nueva vida con el objetivo de mejorar
su situación económica.
Edwin Valdés trabajaba en un restaurante del mall Costanera
Center. Su pareja, como mesera también un local de comida. Vivían juntos en un
departamento en el sector de San Pablo y luego pasaron a un inmueble en Huérfanos,
en pleno Santiago centro.
Sin embargo, el cambio de vida de la joven pareja colombiana
no cambió su mala relación. Una de ellas fue la que provocó la ira de Edwin
Valdés, que terminó asesinando a su polola al interior del departamento que
compartían.
De acuerdo a los antecedentes de la investigación, el sábado
05 de marzo por la tarde, la pareja comenzó una discusión por celos, que fue
aumentando en intensidad. La joven le pegó en el pecho, al que Valdés respondió
con una cachetada. Aguirre se defendió con un golpe de puño, cuando el sujeto
la tomó por el cuello, ahorcándola.
Luego de tomarse un tiempo en procesar lo ocurrido, el
colombiano de 25 años arrastra el cuerpo hasta el baño, y en la tina comienza a
descuartizarla.
De esta forma, el mismo sábado 05 en la noche decide botar
al río Mapocho la cabeza y el tronco de la víctima. En tanto, el domingo 06 de
marzo por la mañana, lanzó las extremidades, que fueron los primeros restos
encontrados cerca de las 16.00 horas.
Al no poder identificar el cuerpo con las huellas
dactilares, debido a que era extranjera, gracias a, una mujer reconoció la
manicure que ella misma le había realizado en uno de los dedos a Aguirre. Lo
que dio origen a la indagatoria que llevó a la detención de su pareja.
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