Un siglo después de su publicación original, sale a la luz la historia auténtica de Bambi como una parábola del antisemitismo.
Prepárate para una noticia impactante: "Bambi", el
clásico cinematográfico de Walt Disney de 1942, no fue creado por alguien en
los estudios de Disney, sino que fue una versión azucarada de una novela de
1922 que describe las duras realidades de la vida de los animales en el bosque.
Escrita por Félix Salten, un periodista y escritor judío austríaco,
"Bambi: historia de una vida en el bosque", también era una parábola
sobre el antisemitismo.
La imprenta de la universidad de Princeton acaba de publicar
una nueva edición de la novela, ahora fielmente traducida del original alemán
por Jack Zipes, y complementada por las bellas ilustraciones de Alenka Sottler.
Un siglo después de su publicación original, ahora sale a la luz la auténtica
historia de Bambi y sus mensajes políticos y sociales.
Cualquiera que conozca la película original de Disney,
probablemente pensará de inmediato en la trágica escena en la que un cazador
dispara y mata a la madre de Bambi. Fuera de ese estremecedor incidente, Disney
lo transformó en una historia con final feliz, en la cual Bambi crece, "se
casa" con Faline y forman una familia, además de convertirse en un líder
seguro en un bosque en el cual todos los animales viven en armonía y sólo los
cazadores humanos constituyen un peligro.
En contraste, la novela original de Salten es "una
alegoría sobre los pobres e indefensos del mundo", escribió en su
introducción Zipes, el traductor. La tristeza de la historia salta a la vista.
Muchos de los personajes animales tienen coloridas
personalidades, pero también viven con el entendimiento de que la vida puede
terminar en un instante. Los fríos inviernos hacen que la comida sea escasa.
Los veranos son tan calurosos que "el bosque estaba aturdido, como si lo
hubiera azotado una luz cegadora. La tierra y los árboles, los arbustos y las
bestias aspiraban el intenso calor con una especie de satisfacción
perezosa". Si bien muchos de los animales tenían maravillosas amistades,
los animales también eran predadores. Un perro mata a un zorro herido. Un turón
devora a un ratón. Los arrendajos se pelean por la comida. Bambi se enfrenta
con los otros machos por Faline, dispuesto a matarlos.
Las duras experiencias de vida de Bambi, estar
constantemente sometido a amenazas y frecuentes pérdidas, lo transforman en un
solitario, similar a lo que ocurrió en la vida del escritor que lo inventó.
Los cazadores humanos, conocidos sólo como "él",
son los enemigos más petrificantes, cuyo olor infunde terror a todos los
animales y los lleva a huir a un lugar seguro en nidos, madrigueras y escondites
en medio de la espesura del bosque. Bambi aprende a caminar en absoluto
silencio, esquivando cada ramita y hoja que pudiera llegar a crujir. Pero
inevitablemente, "él" atrapará a algunos animales desprevenidos,
privando al bosque de varios de sus habitantes.
La madre de Bambi le enseña desde sus primeros días de vida
a tener consciencia del peligro, a observar sus movimientos antes de seguirla.
Cuando crece un poco, su madre le advierte que debe aprender a vivir solo un
día, estando constantemente atento a los peligros silenciosos e invisibles que
lo rodean. Cuando el pequeño Bambi no entiende por qué su madre sólo le permite
retozar en el prado durante la noche, ella le explica que el día es un momento
peligroso. Aunque a todos nos encanta la luz del día "debemos vivir de
esta manera y estar alertas cada vez que nos movemos", le dice la madre.
Es fácil entender que esto es una parábola sobre los
miembros de las minorías (en particular los judíos) que se encuentran en
peligro y deben mantenerse atentos al medio que los rodea.
Atacado por los antisemitas
Félix Salten aprendió esta lección de forma personal. Él
nació en Pesht, Hungría, en 1869 y su nombre era Siegmun Salzmann, descendiente
de una larga línea de rabinos por parte de su padre. Miles de judíos vivían en
el imperio austrohúngaro durante esa época, un número que había crecido cuando
finalmente les permitieron a los judíos que vivían en las zonas de asentamiento
en Rusia salir de sus guetos y trabajar en las ciudades, donde por lo general los
trataban como ciudadanos de segunda clase. A pesar de sus esfuerzos por
asimilarse y adaptarse tanto como pudieran, Zipes observó que "adaptación
nunca implicó que los aceptaran por completo".
La familia Salzmann se mudó a Viena y se identificaban como
vieneses. Pero el acoso de los antisemitas en la escuela impulsó al adolescente
Siegmun a "borrar sus huellas como judío" y cambiar su nombre por
Félix Salten. Con sus inclinaciones artísticas, se convirtió en un escritor
ambicioso y comenzó a subir socialmente, llegando eventualmente a ser editor de
una revista llamas "Die Zeit" (El tiempo).
El antisemitismo que experimentó al crecer y su amenaza cada
vez más severa durante se período, lo impulsó a interesarse en los escritos de
Teodoro Hertzl, particularmente su panfleto Der Judenstaat (El Estado Judío).
Él veía a Hertzl como un símbolo de la resistencia y comenzó a contribuir con
artículos sobre los judíos y el antisemitismo para Die Zeit y también para el
semanario de Hertzl, Die Welt. Eventualmente viajó a Palestina a investigar
cómo los judíos se las ingeniaban para concretar el sueño sionista.
Su éxito profesional le brindó riqueza, y pasaba los veranos
con su familia cerca de los bosques austriacos, intensificando su afecto hacia
los animales. Posteriormente compró una reserva de caza, pero su hija Ana
escribió que "era muy raro que disparara un tiro, y eso sólo cuando los
principios del juego lo exigían. Sus historias y novelas sobre animales
enfatizan su indefensión, un tema que siguió abordando durante el resto de su
vida.
Pero haberse asimilado no lo ayudó para nada cuando los
nazis ocuparon Austria en 1938. Al año siguiente, Salten y su esposa huyeron a
Zúrich, después de que los suizos lo hicieran prometer que dejaría de escribir
sobre la política cultural. Esto lo limitó a escribir las mucho menos comerciales
historias de animales.
Salten ya había comprendido que haberse asimilado no lo
protegería ante el crecimiento del antisemitismo Esto lo reveló a través del
personaje de Gobo, un amigo de infancia de Bambi que es mucho más débil física
y emocionalmente. A pesar de que en el bosque pensaban que lo habían asesinado,
Gobo sorprendió a todos al retornar vivo y jactándose de que lo rescató
"él", quien Gobo insiste no es una amenaza malvada como todos
imaginan. Gobo lleva alrededor del cuello un anillo trenzado que él le colocó,
y el ciervo cree que se trata de una marca especial para inmunizarlo ante
cualquier otro peligro.
Cuando Bambi y los demás de burlan de sus declaraciones, le
dice a otro amigo: "Él (Bambi) no puede aceptar que me he convertido en
alguien diferente… ¡Para mí no hay ningún peligro en el prado!... ¿A qué le
llama peligro? Tiene buenas intenciones y se preocupa por mí, pero el peligro
es para él y los que son como él, no para mí". Su confianza en que su
asimilación lo protegerá muy pronto demuestra que era trágicamente ingenua, tal
como la de los judíos a lo largo de las generaciones que aceptaron acuerdos
similares.
Zipes escribe que basado en las experiencias de vida del
autor con el antisemitismo, "Bambi es Salten y Salten es Bambi… Tal como
Bambi se transforma en un ciervo intrépido, Salten llegó a la fama y luego fue
menospreciado y alienado de la cultura austriaca y alemana. Lo trataron como a
todos los judíos europeos entre los años 1930 y 1940".
A pesar del éxito comercial inicial de Bambi, Salten
permitió que fuera traducido al inglés en 1928 por Whittaker Chamber, cuyo
conocimiento del alemán austríaco era muy limitado. Se trató de una traducción
repleta de errores que no sólo perdió el verdadero significado de las palabras
sino también varios mensajes claves. (Posteriormente se descubrió que Chambers
era un espía comunista). Increíblemente, Salten vendió los derechos de la
película en 1933 al director norteamericano Sidney Franklin por sólo mil
dólares.
Zipes dice que Salten murió siendo un "solitario olvidado",
pero dejó el legado de su profunda, emotiva y triste historia, una que nunca
tuvo la intención que fuera para los niños.
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