martes, 28 de agosto de 2012

Plutarco



Plutarco nace en la región griega de Beocia, probablemente durante el gobierno del emperador romano Claudio. Realizó muchos viajes por el mundo mediterráneo, incluyendo uno a Egipto y dos viajes a Roma. Gracias a la capacidad económica de sus padres, Plutarco estudió filosofía, retórica y matemáticas en la Academia de Atenas sobre el año 67.

Algunos de sus amigos fueron muy influyentes, incluyendo a Soscio Senecio y a Fundano, ambos importantes senadores y a los cuales dedicó algunos de sus últimos escritos. La mayor parte de su vida la pasó en Queronea, donde fue iniciado en los misterios del dios griego Apolo. Sin embargo, sus obligaciones como el mayor de los dos sacerdotes de Apolo en el Oráculo de Delfos (donde era el responsable de interpretar los augurios de la o las pitonisas del oráculo) ocupaban aparentemente una parte pequeña de su tiempo. Llevó una vida social y cívica muy activa, además de producir una gran cantidad de escritos, parte de los cuales aún existen.

Más moralista que filósofo e historiador, fue uno de los últimos grandes representantes del helenismo durante la segunda sofística, cuando ya tocaba a su fin, y uno de los grandes de la literatura helénica de todos los tiempos.


Magistrado y embajador
 
Además de sus deberes como sacerdote del templo de Delfos, Plutarco fue también magistrado en Queronea y representó a su pueblo en varias misiones a países extranjeros durante sus primeros años en la vida pública. Su amigo Lucio Mestrio Floro, cónsul romano, patrocinó a Plutarco para conseguir la ciudadanía romana, y de acuerdo con el historiador del siglo X George Sincellus, el emperador Adriano le nombró, ya en la vejez del escritor, procurador de Acaya (provincia romana de la península del Peloponeso). Este cargo le permitió portar las vestiduras y ornamentos propios de un cónsul. La enciclopedia Suda dice que el predecesor del emperador Adriano, Trajano, hizo a Plutarco procurador de Iliria, aunque muchos historiadores consideran esto como poco probable, ya que Iliria no era una provincia procuratorial, y Plutarco seguramente tampoco hablaba el idioma.


Vidas paralelas

Edición de las Vidas paralelas de Plutarco de Ulrich Han, 1470. Su trabajo más conocido son las Vidas paralelas, una serie de biografías de griegos y romanos famosos, elaborada en forma de parejas con el fin de comparar sus virtudes y defectos comunes. Las Vidas supervivientes contienen veintitrés pares de biografías, donde cada par comprende una vida griega y una vida romana, así como cuatro vidas desparejadas. Como él mismo explica en el primer párrafo de su Vida de Alejandro, Plutarco no pretendía tanto escribir historias como explorar la influencia del carácter (fuera bueno o malo) sobre las vidas y los destinos de los hombres famosos. Algunas de las más interesantes vidas, como, por ejemplo, la que habla sobre Heracles y Filipo II de Macedonia, ya no existen, y de muchas de las restantes no se dispone de la totalidad del texto, de forma que existen importantes lagunas, deturpaciones e interpolaciones de escritores posteriores.


Vida de Alejandro

Su Vida de Alejandro es una de las cinco fuentes terciarias supervivientes sobre el conquistador macedonio, e incluye anécdotas y descripciones de incidentes que no aparecen en otras fuentes. Asimismo, su retrato de Numa Pompilio, uno de los reyes romanos, también contiene información única sobre el calendario romano inicial.


Cuestiones
 
Existen un par de trabajos menores compilados en las Cuestiones, uno sobre oscuros detalles de las costumbres y el culto romano y otro sobre el mismo tema en Grecia.


Plutarco en las literaturas hispánicas
 
La primera traducción a una lengua vernácula europea de la obra de Plutarco es la debida al Gran Maestre de la Orden de San Juan de Jerusalén Juan Fernández de Heredia (h. 1310 - 1396) que mandó traducir al idioma aragonés en 1389 la gran mayoría de las Vidas desde una versión intermedia que Demetrio Talodique hizo al griego bizantino; esta versión fue pronto vertida al italiano y circuló entre los ávidos humanistas itálicos del siglo XV. Después Alfonso de Palencia tradujo todas las Vidas paralelas en 1491. El humanista protestante español Francisco de Encinas o de Enzinas tradujo parte de ellas y las dedicó a Carlos V en 1551. Diego Gracián de Alderete tradujo las dos que faltaban a Enzinas y además los Moralia, cuya versión impresa apareció en 1548. Ya antes fray Antonio de Guevara había saqueado las obras del Queronense sin piedad y sin precisión en las citas. Quevedo hizo una traducción glosada de la Vida de Marco Bruto que es una de sus mejores obras y un monumento de prosa conceptista. En el siglo XIX se hizo célebre la traducción de las Vidas de Antonio Ranz Romanillos, que se ha reimpreso hasta la actualidad.


Plutarco en la literatura francesa
 
La traducción francesa de las Vidas paralelas por Amyot (1559) tuvo una importancia capital para el humanismo europeo, dando una extraordinaria popularidad al Queronense, tanto que se puede decir que sin ella Montaigne no habría podido escribir sus Essais. Ya en el siglo XVIII Jean-Jacques Rousseau estudió de niño no sólo las Vidas, que se aprendió de memoria, sino los Tratados morales, y sacó de ellos notas y extractos. Admiraba especialmente la descripción de las leyes y las virtudes de Esparta y ansió una reforma política que empezara por una reforma moral según los añejos valores cívicos espartanos; durante los años de la Revolución francesa ningún autor hubo más popular que Plutarco, y se escribían tragedias inspiradas en sus héroes..


Plutarco en la literatura anglosajona
 
Los escritos de Plutarco tuvieron una enorme influencia sobre la literatura inglesa. Shakespeare parafrasea en muchas de sus obras partes de la traducción de las Vidas paralelas que Thomas North hizo desde la famosa traducción al francés de Amyot en 1579, y Julio César, Coriolano, Antonio y Cleopatra y Timón de Atenas lo corroboran. Ralph Waldo Emerson y los trascendentalistas estuvieron muy influenciados por los Moralia (Emerson escribió una muy brillante introducción al quinto volumen en su edición del siglo XIX de los Moralia). Boswell cita los comentarios sobre la escritura de las Vidas de Plutarco en la introducción de su propia Vida de Samuel Johnson. Su lista de admiradores incluye a Ben Jonson, John Dryden, Alexander Hamilton, John Milton y Sir Francis Bacon, así como figuras tan dispares como Cotton Mather y Robert Browning.


Sobre Plutarco
 
Fernández Delgado, J. A. & Pordomingo Pardo, Fca. (eds.). Estudios sobre Plutarco. Aspectos formales de la obra de Plutarco. Ediciones Clásicas S.A. ISBN 84-7882-240-2.

García Valdés, M. Estudios sobre Plutarco. Ideas religiosas. Ediciones Clásicas S.A. ISBN 84-7882-135-X.

Morales Ortiz, A. Plutarco en España: Traducciones de Moralia en el siglo XVI. Editum: Ediciones de la Universidad de Murcia. ISBN 84-8371-180-X.
 

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