Varvara Yákovleva (en ruso: Яковлева Варвара, muerta el 18
de julio de 1918) fue una monja ortodoxa rusa del convento de la gran duquesa
Isabel Fiódorovna. Fue asesinada por los bolcheviques junto a la gran duquesa y
los príncipes rusos Iván Konstantínovich, Constantino Konstantínovich, Ígor
Konstantínovich, el gran duque Sergio Mijáilovich, Fiódor Rémez, secretario del
gran duque, y el príncipe Vladímir Pávlovich Paléi en Alapáyevsk.
Posteriormente fue canonizada como mártir tanto por la Iglesia ortodoxa rusa
fuera de Rusia, como por la Iglesia ortodoxa rusa.
Vida
Varvara Yákovleva, de pequeña estatura y profundamente
piadosa, fue criada de la gran duquesa Isabel antes de tomar el velo. Su apodo
era Varia. El 15 de abril de 1910, tomó los votos como monja ortodoxa rusa, la
gran duquesa y otras mujeres también tomaron los votos en esa fecha. Como
hermanas del Convento de Santa Marta y Santa María de Moscú, convento de la
gran duquesa Isabel, las mujeres eran bien conocidas en todo Moscú por realizar
actos de caridad. Llevaban alimentos a los hogares de los pobres, crearon un
hogar para mujeres que sufrían de tuberculosis, establecieron un hospital para
atender a los enfermos y establecieron casas para los discapacitados físicos,
las mujeres embarazadas y los ancianos. También establecieron un orfanato. Sus
esfuerzos caritativos se extendieron más tarde a otras ciudades de Rusia.
Exilio y muerte
Varavara Yákovleva acompañó voluntariamente a la gran
duquesa Isabel cuando fue arrestada y enviada al exilio después de la
Revolución Rusa de 1917. El grupo fue confinado en Ekaterimburgo y más tarde en
Alapáyevsk. En la tarde del 18 de julio de 1918, fueron llevados al bosque en
los alrededores de Alapáyevsk a punta de pistola, golpeados en la parte
posterior de la cabeza y arrojados uno por uno en el pozo de una mina. Todos,
excepto el gran duque Sergio Mijáilovich, que había recibido un disparo en la
cabeza, sobrevivieron a la caída. Se les oía cantar himnos y salmos desde el
fondo del pozo. Uno a uno fueron perdiendo el conocimiento y finalmente
murieron.
Varvara Yákovleva fue canonizada como mártir por la Iglesia
ortodoxa rusa en el extranjero como una víctima de la opresión soviética, junto
con los demás miembros del grupo. Fue más tarde también canonizada como mártir
por la Iglesia ortodoxa rusa. Sus restos, recuperados en octubre de 1918 por el
ejército de Aleksandr Kolchak, están enterrados junto con los de la gran
duquesa Isabel Fiódorovna Románova en la Iglesia de Santa María Magdalena en
Jerusalén.
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