En 1939 las fuerzas sudafricanas comprendían 3.553 efectivos
regulares. Fueron complementados con
14.631 hombres de la Fuerza Ciudadana Activa (FCA) que entrenaba a los
voluntarios en tiempo de paz y que en tiempo de guerra formaba el grueso del
ejército.
Organización
Normalmente las fuerzas sudafricanas estaban equipadas y
entrenadas para la guerra en la jungla y no poseían otro tipo de unidades o
entrenamiento. Pero, después de la
invasión italiana de Abisinia en 1936, el total de 27 batallones de la FCA
fueron organizados en brigadas. Cada
brigada fue equipada con su propia artillería, zapadores, antiaéreos y otras
armas auxiliares. A finales de 1939, el
Jefe del Estado Mayor, Sir Pierre van Ryneveld, propuso la formación de una
Fuerza de Campo Móvil compuesta por dos divisiones de infantería, cada una
integrada por una brigada montada y un regimiento acorazado, más la artillería
y fuerzas de defensa costera. Tal fuerza
demandaba la movilización de 140 mil hombres.
Se incluyó en los planes el incremento de las estructura de las fuerzas
para ser utilizadas cuando fuera necesario.
Los efectivos militares
El problema de las fuerzas africanas fue siempre la falta de
hombres en edad militar. Con una
población de 2 millones y medio de personas de raza blanca, el número de
hombres disponibles entre los 20 y 40 años apenas llegaba a 320 mil. La declaración de guerra tuvo el apoyo de
apenas una fracción del Parlamento y fue a todas luces impopular entre la
población. De hecho hubo una oposición
minoritaria en el Parlamento que activamente estuvo en contra de la decisión
del gobierno y forzó a que los mandos militares dispusieran únicamente de
voluntarios al servicio. La población
Afrikánder (Boer) se negó a prestar el servicio. La fuerte discriminación racial hacía impensable
que se utilizaran hombres de raza negra en las fuerzas armadas, razón por la
cual, para obtener el mayor número de combatientes, aceptaron utilizar mestizos
e indios como auxiliares. Finalmente se
creó un cuerpo de nativos negros para las funciones netamente serviles en el
ejército. Algunos fueron armados para su
autodefensa, pero no se les permitió entrar en combate contra fuerzas europeas.
Preparativos
Hasta la primavera de 1940 las fuerzas sudafricanas se
prepararon sin muchas expectativas de entrar en combate considerando que la ley
les obligaba solamente a pelear en defensa del país. Pero, en marzo de 1940 el General Smuts, para
entonces Primer Ministro, prometió una brigada de infantería para reforzar a
Kenya en contra de los italianos en África Oriental. Esta movilización requirió que se modificara
la ley y que se tomara nuevo juramento a las tropas para poder servir en
"cualquier lugar de África."
Movilización
El 11 de mayo de 1940, la 1ª Brigada de Infantería fue
movilizada, seguida por otras 8 brigadas a fines de año. La declaración de guerra contra Italia se
hizo el 11 de junio y al mes siguiente las fuerzas se trasladaron a Kenya. La 1ª División de Infantería integrando a las
brigadas, se formó recién el 13 de agosto.
En abril de 1941 se habían movilizado más de 31 mil efectivos.
Bautizo de fuego
En el norte de África la primera actuación de las fuerzas
sudafricanas ocurrió en la Operación Crusader en la cual, el 23 de noviembre de
1941, la 5ª Brigada fue destrozada en Sidi Rezegh. A partir de ese momento, el comandante de la
1ª Brigada, el Brigadier General Dan Pienaar, actuó con extremada cautela para
evitar un número mayor de bajas. La 1ª
Brigada fue destinada a defender la fortaleza de Matruh mientras la 2ª brigada
quedaba en la reserva. Los sudafricanos
querían luchar bajo sus propios mandos y no bajo el mando inglés y a partir de
la batalla de Gazala las brigadas pasaron a formar parte de sus propias
divisiones. Sin embargo, en Tobruk, el
21 de junio de 1942, la 2ª División sufrió un descalabro mayor y todos fueron
capturados y marcharon al cautiverio.
Retirada del frente
La 1ª División luchó a la defensiva, con más o menos éxito,
logrando retroceder hasta Egipto. El
General Pienaar perdió la confianza de los mandos ingleses debido a su exceso
de precaución y la falta de decisión en el combate de las tropas, en
consecuencia las fuerzas sudafricanas fueron retiradas de las operaciones
ofensivas. Sin embargo, en El-Alamein
cumplieron un papel decoroso.
Madagascar
Desde su llegada al norte de África, la esperanza de los
mandos sudafricanos era el poder convertir a las dos divisiones en formaciones
acorazadas, pero carecían del equipo necesario para tales funciones. Sin embargo, la victoria aliada en África
hizo renacer las esperanzas de los mandos, quienes pensaban que podrían obtener
equipos blindados y armamento moderno.
No obstante, el primer problema para el Alto mando era el escaso número
de efectivos y las casi nulas probabilidades de incrementarlos. Aunque la 3ª División fue enviada a
Madagascar con equipo motorizado para defender la isla entre junio y diciembre
de 1942, no pudo mantenerse por sí misma y menos convertirse en una unidad
acorazada para reemplazar a la 2ª División que fue capturada. Los mandos decidieron replegar la división a
Sudáfrica a fines del año 1942, pero, habiendo concluido la guerra en África,
la 1ª División estaba sin trabajo a la vista.
Los esfuerzos de los mandos militares para incrementar los cuadros se
vieron perturbados por la negativa de los voluntarios que consideraban que la
guerra en África había terminado y por tanto solicitaban su baja.
Egipto y Medio Oriente
Se reorganizaron los cuadros pese a la falta de
efectivos. En febrero de 1943, se formó
la 6ª División Acorazada que marchó a Egipto en abril donde fue equipada y
entrenada durante un año. Se planificó
la creación de la 1ª División Acorazada, pero debido a la falta de personal fue
reducida a una brigada. La aguda falta
de personal obligó a los mandos a fusionar un número de regimientos para formar
nuevas brigadas. Mediante ese proceso
apenas lograron acantonar en el Oriente Medio a 40.000 efectivos, previa
enmienda y nuevo juramento de las tropas, para permitirles pelear fuera del
continente africano.
Italia
El General Smuts ofreció a los británicos la 6ª División y
un número de unidades de zapadores para prestar servicio en Italia. Los británicos aceptaron a los zapadores,
pero no les atraía la idea de aceptar a la 6ª División Acorazada, puesto que lo
que más necesitaban era infantería. No
obstante en abril de 1944, desembarcaron en Tarento para encontrarse con que
los británicos consideraban que una división con una brigada de infantería y
una brigada acorazada no era suficiente para combatir a las fuerzas
ítalo-alemanas. Las fuerzas sudafricanas
fueron reforzadas con brigadas británicas de infantería y acorazadas.
Epílogo
Inicialmente las fuerzas sudafricanas reforzadas fueron
asignadas al 8º Ejército que combatió al lado del 5º Ejército de EE.UU., desde
agosto de 1944 hasta el final de la guerra.
La falta de recursos humanos obligó al reforzamiento de los sudafricanos
con tropas británicas y a pesar de las fuertes discriminaciones raciales, con
unidades indias. Casi concluyendo la
guerra, los británicos retiraron sus brigadas y los sudafricanos debieron
reorganizar nuevamente sus exiguas fuerzas.
Hasta el final de la guerra, sirvieron un total de 132 mil
sudafricanos, de los cuales 9000 hombres murieron en combate
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