Jean-Bédel Bokassa, también conocido como Salah Eddine Ahmed
Bokassa y como emperador Bokassa I (Bobangi, Congo francés, 22 de febrero de
1921 - Bangui, República Centroafricana, 3 de noviembre de 1996), fue
gobernante de Centroáfrica desde el 1 de enero de 1966 —primero en calidad de
presidente de la república y presidente del gobierno y luego, a partir del 4 de
diciembre de 1976, como autoproclamado emperador del Imperio Centroafricano—
hasta el 20 de septiembre de 1979, cuando fue derrocado mediante un golpe de
Estado.
Carrera militar
Bokassa nació en Bobangi, Congo Medio, en la región francesa
del África Ecuatorial, (actual República Centroafricana). Su padre, Mindogon
Mbougdoulou, era un líder tribal. Su madre fue Marie Yokowo. Bokassa se unió a
las Fuerzas Francesas Libresy terminó la Segunda Guerra Mundial como sargento
mayor condecorado con la Legión de Honor y la Croix de Guerre (Cruz de Guerra).
En 1961 ya había alcanzado el rango de capitán. Dejó el ejército francés en
1964 para unirse al joven ejército Centroafricano. Primo del presidente David
Dacko, Bokassa ascendió hasta el rango de coronel y jefe del Estado mayor de
las fuerzas armadas.
Presidente de la República Centroafricana
El 1 de enero de 1966, con el país envuelto en una crisis
económica, Bokassa derrocó al autoritario Dacko con un golpe de estado y asumió
el poder como presidente de la república y presidente del gobierno. Bokassa
abolió la constitución de 1964 el 4 de enero y comenzó a gobernar por decreto.
Poco después se hizo nombrar secretario general del partido político MESAN:
Mouvement por l'évolution sociale de l'Afrique Noire (Movimiento por la
Evolución Social del África Negra, en francés). Un año más tarde, en enero de
1967, se erigió en cabeza de dicho partido político, el único existente.
Un golpe de estado fallido en abril de 1969 fue aprovechado
por Bokassa para consolidar su poder, y eliminar a su principal rival del
régimen militar, el coronel Alexandre Banza, que fue sumariamente ajusticiado.
En marzo de 1972 se hizo auto proclamar presidente vitalicio por un Congreso
extraordinario del MESAN convocado a tal efecto. Del mismo modo, se hizo
proclamar Mariscal del país dos años más tarde. Superó otro golpe fallido en
diciembre de 1974 y sobrevivió a un intento de asesinato en febrero de 1976.
Este último intento de asesinato fue el detonante que convenció a Bokassa de la
necesidad de perpetuarse en el poder aún más y crear un régimen monárquico, ya
en mayo de 1976.
Después de un encuentro con Muammar al-Gaddafi, en
septiembre de 1976, Bokassa decidió adoptar un modelo de gobierno inspirado en
el libio. Bokassa disolvió formalmente el gobierno, renunció a casi todos los
cargos ministeriales que venía ostentando, creó el Conseil de la Révolution
Centrafricaine (Consejo de la Revolución Centroafricana), como nuevo órgano de
gestión del Estado bajo su presidencia. En octubre de 1976, aprovechando la
visita a Bangui de Gaddafi, Bokassa decidió convertirse al Islam y cambió su
nombre a Salah Eddine Ahmed Bokassa. Todo esto no fue más que un acto calculado
para asegurar ayuda económica por parte de Libia, ya que su plan personal de
erigirse en monarca estaba ya decidido.
Imperio Centroafricano
El 4 de diciembre de aquel año, en el congreso del MESAN,
Bokassa cambió el estatus del país de república a monarquía y declaró con gran
pompa la creación del Imperio Centroafricano. El soberano promulgó una
constitución imperial, se convirtió al catolicismo y se coronó a sí mismo como
Emperador Bokassa I en una fastuosa ceremonia el 4 de diciembre de 1976, que
causó estupor en el resto del mundo y contó con la multitudinaria presencia del
pueblo en Bangui. El título completo de S.M. Bokassa I era Empereur de
Centrafrique par la volonté du peuple Centrafricain, uni au sein du parti
politique national, le MESAN, "Emperador de África Central por la voluntad
del pueblo centroafricano, unido al partido político nacional, el MESAN".
El Emperador justificó el establecimiento de la monarquía
constitucional argumentando que al crear una monarquía ayudaría al país a
"desmarcarse" del resto del continente y a obtener el respeto del
mundo. Fue necesario invertir más de 20 millones de dólares (75 millones en
valores 2011) en la coronación del soberano, a la que asistió el pueblo. Estuvo
presente un representante especial de la Santa Sede, aunque no hubo presencia
de las casas reinantes extranjeras en el evento. El Emperador contaba con el
apoyo de sectores populares, que aún añoran su régimen. Muchos pensaron que
Bokassa estaba loco, y se le comparó con el dictador africano, Idi Amin, por sus
egocéntricas extravagancias. La prensa rumoreaba que ocasionalmente comía carne
humana.
Aunque al crearse el nuevo imperio se dijo que sería una
monarquía constitucional, no se hicieron reformas democráticas de importancia,
y la represión a los disidentes continuó siendo muy dura. La tortura era una
práctica muy extendida; incluso se dice que Bokassa en persona participaba en
los interrogatorios.
A pesar de la dictadura, Francia continuó apoyando a
Bokassa. El presidente Valéry Giscard d'Estaing era amigo y fiel defensor del
emperador, y suministró al régimen importante ayuda económica y militar. En
respuesta, Bokassa llevaba frecuentemente a Giscard d'Estaing a excursiones de
caza en África y proveía a Francia de uranio, mineral vital para el programa de
armas nucleares francés. Con el tiempo, la prensa francesa se fue volviendo
cada vez más crítica de la cercana relación entre Giscard d'Estaing y Bokassa,
particularmente después de que se revelara que el emperador asiduamente daba
diamantes como regalo al presidente. El monumento conmemorativo del régimen
monárquico aún se conserva.
Fin del Imperio
En enero de 1979 el apoyo francés a Bokassa disminuyó
considerablemente después de que disturbios en la capital Bangui llevaran a una
masacre de civiles por parte de las fuerzas armadas. Del 17 al 19 de abril un
importante número de escolares fueron arrestados después de que protestaran
contra el uso de costosos uniformes cuyo uso era obligado por el gobierno.
Alrededor de 100 murieron; los enemigos del soberano divulgaron el rumor de que
Bokassa participó en las matanzas y que incluso había comido algunos de los
cuerpos. El ex presidente Dacko, apoyado por Francia, intervino con la fuerza
militar aprovechando una visita oficial del emperador a Libia. Un golpe de
Estado patrocinado por Francia condujo al fin de la monarquía centroafricana el
20 de septiembre de 1979. La república fue restaurada.
Exilio, retorno y muerte
Una vez derrocado, el dictador de Libia, Muammar el-Gaddafi,
se negó a recibirle, ya que no representaba a ningún Estado. Bokassa decidió
volar directamente a París para pedirle explicaciones al presidente francés. Su
avión privado consiguió aterrizar cerca de París y el gobierno francés rehusó
cualquier contacto oficial con el derrocado emperador, al tiempo que
multiplicaba sus gestiones privadas para encontrarle un país de acogida,
alegando razones humanitarias. De este modo, el Emperador Bokassa terminó en
Costa de Marfil, cuyo presidente, Houphouet-Boigny fue el único que accedió a
los requerimientos del gobierno francés. Sin embargo, Bokassa no cesó en su
empeño de regresar a su país y recuperar el poder. Ayudado por unos amigos
franceses consiguió un avión con la intención de volar hasta Bangui, en
diciembre de 1983, pero la operación fue abortada en el último momento por las
autoridades marfileñas. Bokassa fue expulsado entonces de Costa de Marfil y
devuelto a Francia, que en esta ocasión no tuvo más remedio que aceptarle.
Bokassa se estableció entonces en un palacete que había adquirido años atrás en
las proximidades de París.
Bokassa fue condenado a muerte in absentia en diciembre de
1980, pero volvió de su exilio en Francia aterrizando en Bangui el 24 de
octubre de 1986. Fue arrestado y juzgado por traición, asesinato, canibalismo y
apropiación indebida de fondos estatales. Durante el juicio fueron levantados
los cargos de canibalismo, que no pudieron ser demostrados. El tribunal
republicano condenó al emperador a muerte el 12 de junio de 1987. La sentencia
fue conmutada a cadena perpetua en febrero de 1988, pero sería reducida
posteriormente a veinte años.
Con el retorno de la democracia en 1993, el presidente André
Kolingba declaró una amnistía general a todos los presos en uno de sus últimos
actos como presidente; el antiguo soberano y otros adictos a la Corte fueron
liberados el 1 de agosto de aquel año. Tuvo 17 esposas y más de 50 hijos. Murió
víctima de un ataque cardíaco el 3 de noviembre de 1996.
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