domingo, 20 de mayo de 2018

Buscaminas, la historia detrás del verdadero ‘hit’ de Microsoft


Hablar de Microsoft y evocar Windows resulta inevitable. Sin embargo, un proyecto paralelo y casi accidental logró que hasta el mismísimo Bill Gates lo desinstalarla al haberse enganchado por completo. Nos referimos al Buscaminas, un juego que hoy dejaría frías las nuevas generaciones, más habituadas a los grandes títulos de las consolas, pero que en su día fue el responsable de incalculables horas de trabajo vertidas por el sumidero. Los más jóvenes ni sabrán en qué consistía, pero los que han crecido con la evolución de Windows todavía guardarán en la memoria la emoción del juego y el temor a detonar una de aquellas malditas minas.

La lógica del juego no podía ser más sencilla: el usuario tenía que hacer frente a un campo de minas compuesto por pequeños cuadrados en una caja plana y tenía que pulsar uno a uno con el ratón hasta que con habilidad y lógica lograba desactivarlas todas. Gráficamente el juego no daba más de sí: nos situamos a comienzos de los noventa y Windows seguía siendo vista como una plataforma orientada meramente al uso profesional, o si era doméstico, para tareas dedicadas al trabajo. Había que cambiar esa perspectiva y demostrar que la popular plataforma tenía muchas más posibilidades.

En realidad, Buscaminas fue un proyecto paralelo desarrollado por el ingeniero de la compañía Curt Johnson desarrollado inicialmente para OS/2 -el malogrado sistema operativo creado entre Microsoft e IBM- pero que fue posteriormente portado a Windows. Buscaminas fue un flechazo a primera vista, al menos dentro de la compañía, que no dudó en integrar este título -junto con el no menos conocido Solitario- en un pack de entretenimiento con el que se pretendía demostrar que la plataforma podía servir igualmente para el ocio. Y parece que lo logró.

El propio Bill Gates comenzó a vivir en carne propia lo adictivo del juego, llegando a desinstalarlo de su ordenador, desesperado por la cantidad de horas que le robaba la desactivación de minas, y utilizando fuera de horas el ordenador de otro empleado de la compañía para saciar su adicción. Buscaminas logró lo más difícil: conjugar en un juego una estructura completamente sencilla pero con un elemento adictivo considerable. El título de Johnson contaba además con un pequeño secreto que los que hayan pasado horas jugando podrán corroborar: nunca explotaba una mina en el primer clic. ¿La razón? Dejaría de ser adictivo y frustrante abandonar en un primer momento.

Aunque hacer que la plataforma resultara más atractiva de cara al ocio parecía una justificación evidente, años más tarde se ha consolidado otra teoría, de bastante peso, que explicaría por qué Microsoft había integrado éste y otros títulos en la plataforma: lograr que el usuario se familiarizara con el ratón y funciones como arrastrar y soltar que hoy tenemos ya tan asimiladas. Conviene recordar que nos situamos a comienzos de los noventa, cuando los ordenadores personales son todavía equipos con escasa presencia en los hogares y el ratón es contemplado con extrañeza por los primeros usuarios. ¿Cómo lograr naturalizar los movimientos? No cabe duda de que jugando y divirtiéndose resulta todo mucho más sencillo.

Entre tanto y décadas más tarde, Buscaminas sigue muy vivo en la plataforma y ahora puede descargarse de forma gratuita de la tienda online de Windows, siendo adorado todavía por los usuarios con miles y miles de votos positivos, que siguen echando de menos que el título no venga integrado en Windows como sucedía en el pasado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario