sábado, 20 de julio de 2019

Apolo 11




Apolo 11 fue una misión espacial tripulada de Estados Unidos cuyo objetivo fue lograr que un ser humano caminara en la superficie de la Luna. La misión se envió al espacio el 16 de julio de 1969, llegó a la superficie de la Luna el 20 de julio de ese mismo año y al día siguiente logró que dos astronautas (Armstrong y Aldrin) caminaran sobre la superficie lunar. El Apolo 11 fue impulsado por un cohete Saturno V desde la plataforma LC 39A y lanzado a las 13:32 UTC del complejo de cabo Kennedy, en Florida (EE. UU.). Oficialmente se conoció a la misión como AS-506. La misión está considerada como uno de los momentos más significativos de la historia de la Humanidad y la Tecnología.

La tripulación del Apolo 11 estaba compuesta por el comandante de la misión Neil A. Armstrong, de 38 años; Edwin E. Aldrin Jr., de 39 años y piloto del LEM, apodado Buzz; y Michael Collins, de 38 años y piloto del módulo de mando. La denominación de las naves, privilegio del comandante, fue Eagle para el módulo lunar y Columbia para el módulo de mando.

El comandante Neil Armstrong fue el primer ser humano que pisó la superficie del satélite terrestre el 21 de julio de 1969 a las 2:56 (hora internacional UTC) al sur del Mar de la Tranquilidad (Mare Tranquillitatis), seis horas y media después de haber alunizado. Este hito histórico se retransmitió a todo el planeta desde las instalaciones del Observatorio Parkes (Australia). Inicialmente el paseo lunar iba a ser retransmitido a partir de la señal que llegase a la estación de seguimiento de Goldstone (California, Estados Unidos), perteneciente a la Red del Espacio Profundo, pero ante la mala recepción de la señal se optó por utilizar la señal de la estación Honeysuckle Creek, cercana a Camberra (Australia).​ Ésta retransmitió los primeros minutos del paseo lunar, tras los cuales la señal del observatorio Parkes fue utilizada de nuevo durante el resto del paseo lunar.​ Las instalaciones del MDSCC en Robledo de Chavela (Madrid, España) también pertenecientes a la Red del Espacio Profundo, sirvieron de apoyo durante todo el viaje de ida y vuelta.

El 24 de julio, los tres astronautas lograron un perfecto amerizaje en aguas del Océano Pacífico, poniendo fin a la misión.

lunes, 15 de julio de 2019

No soy yo, son mis genes

Extraido de jabad magazine.

El Proyecto del Genoma Humano posiblemente es el más grande logro científico de la humanidad. Su primera fase, la identificación de genes específicos, se ha completado. La mayoría de los genes que se han estudiado son los implicados en estados de enfermedad. Si podemos localizar los genes “malos”, seguiría lógicamente que debemos intentar erradicarlos. Hay genes que causan enfermedades de debilitamiento como Huntington y Tay Sachs.

Este descubrimiento ha dado una posibilidad al diagnóstico de pre-implantación: usando la tecnología in-vitro asociada con la evaluación genética de una célula, es posible asegurarse que un bebé no tenga los genes defectivos de sus padres. ¿Pero nos detenemos en sólo intentar eliminar la enfermedad, o también intentamos “reforzar” los rasgos genéticos? ¿Qué hay sobre padres que quieren niños más altos o más inteligentes? El síndrome de “los niños perfectos” podría producir la eliminación de cualquier embrión con una falla genética menor.

miércoles, 10 de julio de 2019

Valente Quintero


Valente Quintero (Bamopa, Sinaloa, 1887 – Babunica, Sinaloa, 19 de marzo de 1921) fue un subteniente mexicano que participó en la Revolución mexicana. Participó en las fuerzas maderistas hasta su triunfó en Sinaloa. Fue escolta del estado mayor del general y gobernador Ramón F. Iturbe. Las grandes diferencias existentes entre Ángel Flores e Iturbe lo alejó de la amistad que antes había llevado. Valente retó al mayor Martín Elenes Landell a duelo, muriendo ambos en el enfrentamiento. Murió el 19 de marzo de 1921. Esta acción dio pie al corrido de Valente Quintero que compuso Rosendo Monzón. Su esposa fue doña Martina Ortiz de Quintero.


viernes, 5 de julio de 2019

Animales en la Biblia

Según la Biblia, todos los animales, como los demás seres y cosas, han sido creados por D‘os. En el primer relato del Génesis, en el día quinto se crean los animales que pueblan las aguas y el aire, y en el día sexto, antes del hombre, los animales que pueblan la tierra. Esta descripción deja ver que aquí se reproduce el concepto hebreo del mundo animal, ya que la Biblia no es un libro de ciencia, sino de religión, y en esta cuestión, como en otras, se acomoda al estado cultural de la época en que se escribe cada libro sagrado.

lunes, 1 de julio de 2019

El eclipse solar visto por la Kabalá

La Kabalá enseña que cada fenómeno natural conlleva un mensaje del Creador a la humanidad. Cada persona que presencia un fenómeno de esta naturaleza debe intentar, mediante la meditación, de entender la profundidad de su significado y cómo afecta su propia vida. Según la Kabalá, el mensaje inserto en un eclipse solar tiene cuatro dimensiones de meditación las cuales se interrelacionan; cada nivel es precedido por el anterior, los cuales, debidamente inculcados en nuestro inconsciente sirven para acercarnos al Todopoderoso, trayendo como consecuencia perfección, paz y felicidad a la humanidad.

Primera Dimensión – En primer lugar debemos enfocar nuestra intención sobre el fenómeno en el momento del suceso. Durante un eclipse solar, el sol se nos oculta. Según la Biblia, el sol simboliza la fuerza y el poder en la naturaleza. Durante un eclipse solar el símbolo primario de poder se esconde temporalmente: éste experimenta una «caída». Cuando meditamos nos damos cuenta que la fuerza de la naturaleza es intrínsicamente limitada y finita, que una parte de ella puede interferir con la otra y que a veces puede «tropezar con ella misma». Su arrogancia se rompe temporalmente para que no pensemos que es omnipotente. Con respecto a nosotros mismos, cuando presenciemos un eclipse solar debemos tratar de sentirlo como nuestro propio ego a fin de alcanzar un nivel de verdadera sumisión y aceptación de que no somos omnipotentes.

Segunda Dimensión – Al disminuir el ego, se levanta el velo que nos impide reconocer al Creador, pudiendo ahora experimentar en nuestra meditación la presencia, a través de la naturaleza, de su omnipotencia, y reconocerlo como omnipotente y omnipresente. En todo Su poder siempre está «aquí y ahora». El momento ideal para sentir que Su esencia nunca se apaga es durante un eclipse, cuando nos damos cuenta que la naturaleza no se creó sola, sino que existe debido a un Todopoderoso omnipotente y omnipresente.

Tercera Dimensión – En este nivel experimentamos toda la naturaleza, inclusive nuestro propio cuerpo y alma, regresando al estado Divino de la «nada» donde estuvimos antes de nacer. El fenómeno del eclipse nos enseña que constantemente todo lo creado regresa a la «nada» para ser nuevamente creado. Esta es la experiencia de la continua recreación de toda realidad. El Todopoderoso no solamente creó el universo para estar presente en Su creación y así vigilarla, sino que él recrea constantemente el mundo; Su Providencia se nos manifiesta a través de su acto de recreación. En hebreo, la palabra «recreación» también significa «buena salud». La experiencia de la recreación nos brinda buena salud y felicidad.

Cuarta Dimensión – Después de sentir el eclipse como el retorno de toda realidad a la «nada» para volver a ser creados (mejor y más fuertes que antes), podemos darnos cuenta del mensaje final del eclipse de sol; que en realidad, todo el mundo como lo conocemos, desde el comienzo hasta ahora, es un gran «eclipse» de verdadera realidad mediante el cual el Todopoderoso desea bendecirnos y crear para nosotros en el futuro.

Durante el eclipse, rezamos por que tengamos él mérito de la salvación y la redención, el nacimiento de un nuevo «día» de luz infinita y bendición después del «negro» eclipse de la historia de la humanidad.

En Salmos (84:12), leemos que la luz Divina, fuente de toda bendición, se compara con el «sol», cuya revelación en el presente nos está oculta a través de un «escudo». En su tiempo, el Todopoderoso lo revelará para toda la humanidad y entonces finalizará el eclipse cósmico. Esto podría ocurrir en nuestros días con la llegada del Mesías y la verdadera y total redención de todos los habitantes de la tierra.