jueves, 15 de marzo de 2018

Jakob Fugger


Jakob Fugger, (6 de marzo de 1459 en Augsburgo—30 de diciembre de 1525 en Augsburgo) conocido como Jakob Fugger el Rico (y ocasionalmente también el Joven), fue el banquero y comerciante más rico y conocido de Europa en su tiempo. En español se le conoce también por el apellido de Fúcar.

Nació en el seno de la familia de comerciantes Fugger de Augsburgo, que en pocos años llegaría a ser una de las primeras empresas del capitalismo temprano. Su habilidoso aprovechamiento de los recursos naturales consiguió para su empresa el monopolio del mercado del cobre en Europa y plantaron los cimientos del reconocimiento internacional y la riqueza de la empresa familiar Fugger.

Entre sus clientes bancarios estaban la alta nobleza, las casas reales europeas y la Iglesia católica. Subvencionó guerras y elecciones de reyes, asegurando así a sus negocios un rápido crecimiento y ejerciendo mediante la financiación un influjo político considerable. Su fortuna, que para los estándares actuales alcanzaría una cuantía apenas imaginable, le granjeó el sobrenombre de «el Rico».

Acontecimientos importantes de Jakob Fugger

1459 Nace Jakob Fugger, el hijo menor de Jakob el Viejo.
1487 Ulrich, primogénito de éste, empieza a conceder préstamos. Muy pronto se le asociarán Georg y Jakob, sus dos hermanos.
1510 Jakob, tras la muerte de Ulrich, pasa a dirigir la hacienda familiar.
1514 Concede un anticipo de dinero al papado.
1519 La familia financia la elección de Carlos I como rey de Alemania. A partir de ese momento, el destino de la empresa de los Fugger irá unido al de la corona española.
1525 Muere Jakob II.

Nacimiento

Jakob Fugger nació en 1459. Era descendiente de una familia de tejedores de Graben (Suabia) y nieto de Johannes Fugger, el fundador, que estableció en Augsburgo la semilla de la gran hacienda familiar, unos talleres de pañería. Hijo de Jakob el Viejo, la primera vocación de Jakob II el Rico fue la eclesiástica, por lo que inició un poco tarde su aprendizaje como empresario. No tardó en dar muestras de una extraordinaria aptitud para el comercio, al igual que sus hermanos Ulrich y Georg. Fue el primero de éstos quien había introducido a la familia en el negocio de las finanzas, al convertirse en el banquero de los Habsburgo.

Inicio de la asociación en la banca y minería

Desde 1487 empezaron los Fugger a hacer anticipos, reembolsables en plata de las minas del Tirol, a un príncipe de la casa de Austria, el archiduque Segismundo, constituyéndose en nobles competidores de la tradicional aptitud negociadora de los banqueros judíos. Los Fugger concedieron igualmente préstamos de gran cuantía a Maximiliano I, que al poco tiempo fue elegido emperador de Alemania (1493) y que pignoró en favor suyo el condado de Kierchberg, el señorío de Weis-senhorn y otros territorios.

Ya decididamente abocados a la banca y la minería, Jakob, Ulrich y Georg, antiguamente especializados en el comercio de telas y especias, se asociaron con los Thurzo y lograron controlar la producción de cobre en Hungría y la de plata del Tirol, que convirtieron en monopolio. Prestaron dinero al papado, que pagaba anticipadamente las rentas eclesiásticas de Alemania y de los países colindantes, y se vieron de ese modo involucrados en el polémico tráfico de indulgencias, detonante de la exposición, en 1517, de las 95 tesis de Martín Lutero en la catedral de Wittenberg, y de la posterior difusión de la corriente protestante en toda Europa. Los Fugger se habían comprometido en 1514 (cuando Alberto de Bandeburgo, arzobispo de Magdeburgo, fue elevado a la sede de Colonia) a pagar al papado 21.000 ducados en concepto de derechos, recibiendo a cambio la mitad de las limosnas obtenidas en forma de indulgencias —reducción de las culpas temporales por medio de la entrega de dinero a la Iglesia— en los dominios de Alberto.

Apogeo en los negocios

Jakob construyó el castillo de Fuggeran, en el Tirol, y en Augsburgo la colonia Fuggerei (1514), compuesta de 106 viviendas, aún existentes, en la que hallaba albergue a precio reducido la clase menesterosa. Erigidas para alojar a sus empleados, suponen la primera construcción de viviendas sociales realizada en Alemania.

En 1519 la riqueza e influencia de los Fugger alcanzó su punto más alto, tras la muerte del emperador Maximiliano I y el acceso al trono de Carlos I de España y V de Alemania, nieto de los Reyes Católicos y de Maximiliano.

La prueba más concluyente de la influencia de la familia reside en la elección imperial de ese mismo año, en la que aseguraron el triunfo de Carlos I (cuya causa abrazaron desde el primer momento como católicos) frente al otro aspirante a la corona real alemana, el rey Francisco I de Francia, suministrando 543.000 florines de los 850.000 que fueron necesarios para satisfacer a los electores. En 1523 el propio Jakob escribía al monarca: «Es notorio que, sin mí, vuestra majestad no hubiera podido conseguir la corona romana». Dos años más tarde, en contraprestación, el monarca más poderoso de la tierra (como soberano de España, Nápoles, Sicilia, Países Bajos, Austria, Alemania y las colonias españolas en el Nuevo Mundo) concedió a los Fugger el arriendo de los maestrazgos de las órdenes militares, incluida la mina de azogue de Almadén y la de Guadalcanal, y otras posesiones de la corona.

Bajo la dirección de Jakob II el Rico (que había empezado a ejercer la dirección de la casa en 1510, tras la muerte de su hermano Ulrich), la familia obtuvo entre 1511 y 1527 unos beneficios de 1.824.411 florines, es decir, casi el 1.000 % del capital inicial.

Sucedió a Jakob su sobrino Anton, que dirigió el negocio con mucha prudencia. Apoyó con firmeza a Carlos V, que llegó a afirmar: «He conservado el imperio con la ayuda del dinero de Anton Fugger». En señal de agradecimiento, le distinguió con el título de conde de Weissenhorn, y a Georg Raymund, su hermano, con el de conde de Kirchberg. Concedió a ambos el derecho de acuñar moneda de oro y plata en 1534, y en 1541 los derechos de jurisdicción sobre sus territorios.

La iglesia como cliente

Tras la muerte del papa Alejandro VI en agosto de 1503, Jakob Fugger intensificó su contacto con la Iglesia Católica. Financió a su sucesor, Julio II, la soldada de la Guardia Suiza.

Como uno de los principales banqueros de Europa y mediante su estrecho contacto con la Santa Sede consiguió tomar parte también en la venta de indulgencias. Mediante simonía situó en dos arzobispado a Alberto de Brandeburgo en 1515 le adelantó más de 48.000. Para poder pagar la deuda con el Papa por la acumulación de cargos, León X le permitió vender indulgencias quedándose él con la mitad de los beneficios. Los representantes de los Fugger acompañaban a los predicadores para recibir su parte. Aunque desde el punto de vista económico los beneficios para Fugger eran insignificantes, pues en los años siguientes contribuyeron a desencadenar la Reforma Protestante. El comportamiento del encomendado a dirigir a los predicadores de indulgencias, el dominico Johann Tetzel, motivó a Martín Lutero a publicar Las 95 tesis. En 1520 Lutero redactó su A la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana, en el que atacaba personalmente a Jakob Fugger «verdaderamente se le debe poner a Fugger y a tales compañías una brida en la boca».

Comercio de ultramar

Tras el descubrimiento de Vasco de Gama en 1498 de una vía marítima hacia la India, que le dio el monopolio del comercio de especias a Portugal, Jakob Fugger participó de este lucrativo negocio. Los comerciantes de tendencia conservadora confiaban en la ruta comercial tradicional del Levante mediterráneo que conectaba la Ruta de la seda con Venecia. Jakob Fugger, por el contrario, desvió su atención hacia la nueva ruta descubierta y consiguió el 3 de octubre de 1503 un permiso de la Casa de Indias para abrir un puesto comercial en Lisboa para comerciar con especias como la pimienta y otros bienes como perlas y gemas. Apenas dos años más tarde la casa Fugger financió, junto a otras casas de comercio, el primer viaje a la India. Las tres naves partieron de Lisboa en abril de 1505 y llegaron a la costa oeste de la India el 13 de septiembre ese año. El viaje terminó en 1506 en Lisboa y aunque el rey de Portugal se quedó con un tercio de la mercancía, reportó una ganancia neta del 175%.

Como inversión de futuro, participó en la financiación de la expedición de Hernando de Magallanes. El viaje alrededor del mundo y el descubrimiento de la ruta occidental hacia la India prometía acabar con el monopolio portugués sobre las especias, lo que reportaría ganancias aún mayores.

Herencia y sucesión

Jakob Fugger murió el 30 de diciembre de 1525, cuando era uno de los hombres más ricos de Europa. A su muerte, su herencia ascendía a un activo de 3.000.058 florines, un pasivo de 867.797 florines y por lo tanto un capital neto de más de 2.1 millones de florines.​ La conversión de esta cantidad a valores actuales es, a causa de la adopción del estándar oro en el sistema monetario y los cambios macroeconómicos sólo a duras penas posible. La conversión teniendo en cuenta sólo el precio actual del oro sería de aproximadamente 125 millones de €.

Como no tenía ningún descendiente, la compañía y su patrimonio pasaron a sus sobrinos Raymund y Anton Fugger. Anton Fugger consiguió doblar el capital en 1546, pero bajo su dirección ya empezó el declive de los Fugger. A su muerte en 1560 su patrimonio era de más de cinco millones de florines, y consistía casi exclusivamente en cuentas por cobrar a Felipe II, que en 1557 declaró la bancarrota de España, con lo que consiguió deshacerse de parte de la deuda que tenía con los Fugger.

No hay comentarios:

Publicar un comentario