Jakob Fugger, (6 de marzo de 1459 en Augsburgo—30 de
diciembre de 1525 en Augsburgo) conocido como Jakob Fugger el Rico (y
ocasionalmente también el Joven), fue el banquero y comerciante más rico y
conocido de Europa en su tiempo. En español se le conoce también por el
apellido de Fúcar.
Nació en el seno de la familia de comerciantes Fugger de
Augsburgo, que en pocos años llegaría a ser una de las primeras empresas del
capitalismo temprano. Su habilidoso aprovechamiento de los recursos naturales consiguió
para su empresa el monopolio del mercado del cobre en Europa y plantaron los
cimientos del reconocimiento internacional y la riqueza de la empresa familiar
Fugger.
Entre sus clientes bancarios estaban la alta nobleza, las
casas reales europeas y la Iglesia católica. Subvencionó guerras y elecciones
de reyes, asegurando así a sus negocios un rápido crecimiento y ejerciendo
mediante la financiación un influjo político considerable. Su fortuna, que para
los estándares actuales alcanzaría una cuantía apenas imaginable, le granjeó el
sobrenombre de «el Rico».
Acontecimientos importantes de Jakob Fugger
1459 Nace Jakob Fugger, el hijo menor de Jakob el Viejo.
1487 Ulrich, primogénito de éste, empieza a conceder
préstamos. Muy pronto se le asociarán Georg y Jakob, sus dos hermanos.
1510 Jakob, tras la muerte de Ulrich, pasa a dirigir la
hacienda familiar.
1514 Concede un anticipo de dinero al papado.
1519 La familia financia la elección de Carlos I como rey de
Alemania. A partir de ese momento, el destino de la empresa de los Fugger irá
unido al de la corona española.
1525 Muere Jakob II.
Nacimiento
Jakob Fugger nació en 1459. Era descendiente de una familia
de tejedores de Graben (Suabia) y nieto de Johannes Fugger, el fundador, que
estableció en Augsburgo la semilla de la gran hacienda familiar, unos talleres
de pañería. Hijo de Jakob el Viejo, la primera vocación de Jakob II el Rico fue
la eclesiástica, por lo que inició un poco tarde su aprendizaje como
empresario. No tardó en dar muestras de una extraordinaria aptitud para el
comercio, al igual que sus hermanos Ulrich y Georg. Fue el primero de éstos
quien había introducido a la familia en el negocio de las finanzas, al
convertirse en el banquero de los Habsburgo.
Inicio de la asociación en la banca y minería
Desde 1487 empezaron los Fugger a hacer anticipos,
reembolsables en plata de las minas del Tirol, a un príncipe de la casa de
Austria, el archiduque Segismundo, constituyéndose en nobles competidores de la
tradicional aptitud negociadora de los banqueros judíos. Los Fugger concedieron
igualmente préstamos de gran cuantía a Maximiliano I, que al poco tiempo fue
elegido emperador de Alemania (1493) y que pignoró en favor suyo el condado de
Kierchberg, el señorío de Weis-senhorn y otros territorios.
Ya decididamente abocados a la banca y la minería, Jakob,
Ulrich y Georg, antiguamente especializados en el comercio de telas y especias,
se asociaron con los Thurzo y lograron controlar la producción de cobre en
Hungría y la de plata del Tirol, que convirtieron en monopolio. Prestaron
dinero al papado, que pagaba anticipadamente las rentas eclesiásticas de
Alemania y de los países colindantes, y se vieron de ese modo involucrados en
el polémico tráfico de indulgencias, detonante de la exposición, en 1517, de
las 95 tesis de Martín Lutero en la catedral de Wittenberg, y de la posterior
difusión de la corriente protestante en toda Europa. Los Fugger se habían
comprometido en 1514 (cuando Alberto de Bandeburgo, arzobispo de Magdeburgo,
fue elevado a la sede de Colonia) a pagar al papado 21.000 ducados en concepto
de derechos, recibiendo a cambio la mitad de las limosnas obtenidas en forma de
indulgencias —reducción de las culpas temporales por medio de la entrega de
dinero a la Iglesia— en los dominios de Alberto.
Apogeo en los negocios
Jakob construyó el castillo de Fuggeran, en el Tirol, y en
Augsburgo la colonia Fuggerei (1514), compuesta de 106 viviendas, aún
existentes, en la que hallaba albergue a precio reducido la clase menesterosa.
Erigidas para alojar a sus empleados, suponen la primera construcción de
viviendas sociales realizada en Alemania.
En 1519 la riqueza e influencia de los Fugger alcanzó su
punto más alto, tras la muerte del emperador Maximiliano I y el acceso al trono
de Carlos I de España y V de Alemania, nieto de los Reyes Católicos y de
Maximiliano.
La prueba más concluyente de la influencia de la familia
reside en la elección imperial de ese mismo año, en la que aseguraron el
triunfo de Carlos I (cuya causa abrazaron desde el primer momento como
católicos) frente al otro aspirante a la corona real alemana, el rey Francisco
I de Francia, suministrando 543.000 florines de los 850.000 que fueron
necesarios para satisfacer a los electores. En 1523 el propio Jakob escribía al
monarca: «Es notorio que, sin mí, vuestra majestad no hubiera podido conseguir
la corona romana». Dos años más tarde, en contraprestación, el monarca más
poderoso de la tierra (como soberano de España, Nápoles, Sicilia, Países Bajos,
Austria, Alemania y las colonias españolas en el Nuevo Mundo) concedió a los
Fugger el arriendo de los maestrazgos de las órdenes militares, incluida la
mina de azogue de Almadén y la de Guadalcanal, y otras posesiones de la corona.
Bajo la dirección de Jakob II el Rico (que había empezado a
ejercer la dirección de la casa en 1510, tras la muerte de su hermano Ulrich),
la familia obtuvo entre 1511 y 1527 unos beneficios de 1.824.411 florines, es
decir, casi el 1.000 % del capital inicial.
Sucedió a Jakob su sobrino Anton, que dirigió el negocio con
mucha prudencia. Apoyó con firmeza a Carlos V, que llegó a afirmar: «He
conservado el imperio con la ayuda del dinero de Anton Fugger». En señal de
agradecimiento, le distinguió con el título de conde de Weissenhorn, y a Georg
Raymund, su hermano, con el de conde de Kirchberg. Concedió a ambos el derecho
de acuñar moneda de oro y plata en 1534, y en 1541 los derechos de jurisdicción
sobre sus territorios.
La iglesia como cliente
Tras la muerte del papa Alejandro VI en agosto de 1503,
Jakob Fugger intensificó su contacto con la Iglesia Católica. Financió a su
sucesor, Julio II, la soldada de la Guardia Suiza.
Como uno de los principales banqueros de Europa y mediante
su estrecho contacto con la Santa Sede consiguió tomar parte también en la
venta de indulgencias. Mediante simonía situó en dos arzobispado a Alberto de
Brandeburgo en 1515 le adelantó más de 48.000. Para poder pagar la deuda con el
Papa por la acumulación de cargos, León X le permitió vender indulgencias
quedándose él con la mitad de los beneficios. Los representantes de los Fugger
acompañaban a los predicadores para recibir su parte. Aunque desde el punto de
vista económico los beneficios para Fugger eran insignificantes, pues en los
años siguientes contribuyeron a desencadenar la Reforma Protestante. El
comportamiento del encomendado a dirigir a los predicadores de indulgencias, el
dominico Johann Tetzel, motivó a Martín Lutero a publicar Las 95 tesis. En 1520
Lutero redactó su A la Nobleza Cristiana de la Nación Alemana, en el que
atacaba personalmente a Jakob Fugger «verdaderamente se le debe poner a Fugger
y a tales compañías una brida en la boca».
Comercio de ultramar
Tras el descubrimiento de Vasco de Gama en 1498 de una vía
marítima hacia la India, que le dio el monopolio del comercio de especias a
Portugal, Jakob Fugger participó de este lucrativo negocio. Los comerciantes de
tendencia conservadora confiaban en la ruta comercial tradicional del Levante
mediterráneo que conectaba la Ruta de la seda con Venecia. Jakob Fugger, por el
contrario, desvió su atención hacia la nueva ruta descubierta y consiguió el 3
de octubre de 1503 un permiso de la Casa de Indias para abrir un puesto
comercial en Lisboa para comerciar con especias como la pimienta y otros bienes
como perlas y gemas. Apenas dos años más tarde la casa Fugger financió, junto a
otras casas de comercio, el primer viaje a la India. Las tres naves partieron
de Lisboa en abril de 1505 y llegaron a la costa oeste de la India el 13 de
septiembre ese año. El viaje terminó en 1506 en Lisboa y aunque el rey de
Portugal se quedó con un tercio de la mercancía, reportó una ganancia neta del
175%.
Como inversión de futuro, participó en la financiación de la
expedición de Hernando de Magallanes. El viaje alrededor del mundo y el descubrimiento
de la ruta occidental hacia la India prometía acabar con el monopolio portugués
sobre las especias, lo que reportaría ganancias aún mayores.
Herencia y sucesión
Jakob Fugger murió el 30 de diciembre de 1525, cuando era
uno de los hombres más ricos de Europa. A su muerte, su herencia ascendía a un
activo de 3.000.058 florines, un pasivo de 867.797 florines y por lo tanto un
capital neto de más de 2.1 millones de florines. La conversión de esta cantidad
a valores actuales es, a causa de la adopción del estándar oro en el sistema
monetario y los cambios macroeconómicos sólo a duras penas posible. La
conversión teniendo en cuenta sólo el precio actual del oro sería de
aproximadamente 125 millones de €.
Como no tenía ningún descendiente, la compañía y su
patrimonio pasaron a sus sobrinos Raymund y Anton Fugger. Anton Fugger
consiguió doblar el capital en 1546, pero bajo su dirección ya empezó el
declive de los Fugger. A su muerte en 1560 su patrimonio era de más de cinco
millones de florines, y consistía casi exclusivamente en cuentas por cobrar a
Felipe II, que en 1557 declaró la bancarrota de España, con lo que consiguió
deshacerse de parte de la deuda que tenía con los Fugger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario