1. Nunca critiques a tu esposa, pase lo que pase. En un
ambiente sin críticas, ella florecerá emocionalmente, y hará todo lo que tenga
a su alcance para complacerte, hasta que verdaderamente no tendrás ninguna
razón para criticar.
2. Nunca hagas un comentario negativo sobre sus padres o su
familia. Telefonea a tus suegros una vez por semana. Si desarrollas una buena
relación con ellos, tu esposa siempre lo apreciará.
3. Nunca di “no” a tu esposa; si ella te pide algo que no
puedes permitirte, dile que lo conseguirás para ella tan pronto como tengas los
medios para hacerlo.
4. Dedica un mínimo de 30 minutos por día a escuchar a tu
esposa – no conversar con ella, sólo escucharla. Muéstrale que su vida es
importante para ti. A ser posible, deberías consagrar una hora entera por día
para una seria comunicación entre los dos (¡sentarse frente a la TV con una
cerveza y papas fritas, no se considera un tiempo de comunicación de calidad!).
5. Haz de tu esposa la prioridad en tu vida, sobre todo lo
demás.
6. Estén los dos de acuerdo en elegir un aceptable tercero,
como un consejero en el cual ustedes confían, para ayudarles a resolver sus
diferencias.
7. Nunca di una palabra ofensiva sobre tu esposa a ninguna
persona.
8. Si tu esposa está molesta contigo, no estés enojado; ella
es simplemente tu espejo y te está reflejando. Es también, por lo general, un
signo que el Todopoderoso está molesto contigo. En vez de discutir con ella,
haz un examen de conciencia, repara tu conducta, y verás cómo las cosas se
transforman para bien.
9. Siempre sonríe, e intenta en todo lo posible hablarle
siempre suavemente. Nada pone a una esposa nerviosa como un marido enojado.
10. Cuanto más desarrolles tu Emuná (la firme y autentica fe
en el Creador, como se enseña explícitamente en el libro “En el Jardín de la
Fe”) y tu confianza en el Todopoderoso, más se desarrollará tu fuerza interior.
No hay nada que las mujeres amen tanto, como que sus maridos tengan la fuerza
interior en la cual puedan apoyarse. Ellas odian que sus maridos sean débiles
emocionalmente y se apoyen en ellas. La Emunáte hace fuerte.
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