El Real Situado o simplemente Situado (siglo XVII y siglo
XVIII), era una partida anual de dinero que debía proporcionar el tesoro del
virrey del Perú, en base a aportes de las cajas reales del centro argentinífero
de Potosí, para solventar en Chile los gastos derivados de la Guerra de Arauco
y los preparativos tendientes a dejar esa colonia en condiciones de repeler eventuales
incursiones corsarias. La mayor parte del Situado se gastaba en el pago del
ejército permanente y profesional de la frontera mapuche. Este ejército
profesional, establecido en tiempos del gobernador Alonso de Ribera
(1600-1605), fue el primero en funcionar en la América española.
Esta subvención se decretó al tiempo que Ribera era
designado gobernador, en 1599, por orden de Felipe III de España. El rey impuso
al Virreinato del Perú el pago a Chile de 60 mil ducados, originalmente por
tres años. El primer pago se llevó a efecto en 1600 y el último a mediados del
siglo XVIII, aunque los envíos del Situado siguieron remitiéndose a Valdivia y
Chiloé, que estaban bajo la tutela administrativa del virreinato del Perú,
hasta los tiempos de la Independencia de Chile a principios del siglo XIX.
En términos generales, esta subvención a una colonia en
permanente estado de guerra fue un caso único dentro del Imperio español, un
gran alivio para la desastrosa situación económica chilena y una fuente de
dependencia que, en ocasiones, entorpeció el desarrollo de ciertas áreas
productivas, como la pequeña industria artesanal.
Origen
Hasta antes de su implementación, la guerra era solventada
en base a los aportes particulares de los vecinos de cada cabildo y a
contribuciones forzosas. La gran rebelión mapuche de 1598 superó esta precaria
fuente de recursos, debido a la pérdida de haciendas, de los lavaderos de oro
de Valdivia y la constante fuga de mano de obra indígena al territorio mapuche
libre, que redunda en un a baja productividad agrícola y una crisis
alimentaria. Por otra parte, la pérdida de las fundaciones establecidas al sur
del Río Biobío, con su consiguiente migración, contribuyó aun más al
desquiciamiento de la economía interna de Chile.
Más aún, la derrota sufrida por los españoles en el Desastre
de Curalaba era un síntoma de la ineficacia del ejército formado por vecinos y
reclutas, mayoritariamente movilizados en levas forzosas en Perú. Los informes
de Alonso de Ribera y otros oficiales, sobre la informalidad de las compañías
españolas en Chile, convencieron a la Corona de emprender la profesionalización
de la milicia, y de dotar a ésta de una entrada permanente de dinero.
El tesoro del Perú, por su parte, venía haciendo gastos
desde hacía décadas para el mantenimiento de la guerra mapuche; ya sea
organizando frecuentes destacamentos de refuerzo o mediante el envío de bagajes
y armas. Estos gastos, si bien eran relativamente cuantiosos, no tenían mayor
regularidad y se decidían en base a las comunicaciones desesperadas que se
despachaban desde Chile todo el tiempo.
Corrupción
Por otro lado, la institución del Real Situado se prestó
para que surgiera, entre los administradores coloniales, toda suerte de
subterfugios destinados a esquilmar a los soldados de al menos parte de sus
pagas, que era el destino final de la partida:
"Da lástima
de que en esta guerra se haya introducido una cosa tan reprobada cuanto digna
de remedio, y es que los más que gobiernan en ella, capitanes y soldados, se
han vuelto tratantes y pulperos, que el cuidado que habían de tener en mirar
por los soldados y sus armas lo ponen en investigar modos y trazas para
despojarlos de sus sueldos, revendiéndoles los bastimentos a precios excesivos,
porque de sus propias estancias y sementeras, que muchos de ellos las tienen,
llevan a los fuertes los carneros, ovejas y demás bastimentos, o los compran
para revenderlos por tres veces su valor..."
Estas informaciones hacen también sospechar que el Real
Situado, indirectamente, se transformó en una fuerte presión inflacionaria.
El gobernador Francisco de Meneses, se destacó de entre sus
pares como un administrador especialmente fraudulento del Real Situado. Llegó
al extremo de licenciar a 1.000 del ejército, entre el 50% y 75% de los
efectivos, con el fin de apropiarse de sus sueldos. Siendo entorpecido en estas
prácticas irregulares por el veedor general del ejército, Manuel de Mendoza,
cesó a dicho oficial del servicio. Mendoza buscó después hacer justicia por su
mano en 1667, en un frustrado intento de asesinar a Meneses.
En resumen, el Situado era: mermado en Lima, descontado
multiplicando varias veces el precio de bagajes militares despachados a Chile,
y esquilmado en Chile, por medio de resquicios corruptos de las autoridades
coloniales locales.
Naufragios del Situado
Como las remesas eran transportadas por mar, se registran
frecuentes accidentes en el traslado del Real Situado o parte de él. Las
emergencias eran más comunes en las costas sureñas cercanas a Valdivia y
Chiloé:
1651: El barco San
José, llevando parte del Situado desde Concepción a Valdivia, varó cerca de su
puerto de destino por las condiciones tormentosas del clima.
1705: Se hundió la
nave que llevaba el situado a Chiloé tras chocar con la Roca Remolino en el
canal de Chacao, a escasa distancia de Chacao, el puerto al que debía llegar.
1729: Nuestra
Señora de Loreto varó en Punta Galera (bahía de Corral), cuando llevaba el
Situado de El Callao a Valdivia.
1762: Nuestra
Señora de la Encarnación naufragó cerca de Tilduco, al oeste de Chiloé.
1788: Nuestra Señora de Balbanera naufragó en
la entrada del canal de Chacao, en los arrecifes de Guapacho, cerca de San
Carlos de Chiloé.
1805: El Santa Ana
chocó con un arrecife, hundiéndose en la bahía de Coliumo, al norte de
Concepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario