lunes, 16 de agosto de 2021

El Atómico (Copa Martínez)

 





Es una de las recomendaciones culinarias más frecuentemente repetidas para el visitante de la ciudad de Arica, y está al fondo del tradicional Mercado Colón, de la calle del mismo nombre esquina Maipú. Empero, nada adelanta realmente la sabrosura de esta singular receta hasta que se la tiene ante nuestra nariz y tocando la lengua; ni siquiera esos gemidos de disfrute total que suelen emitir ante las cámaras reporteros y personalidades públicas que tienen la dicha de probarla en la ciudad más nortina de Chile.

Nadie desconoce la "Copa Martínez" en Arica, pues ya se ha vuelto parte de la identidad colectiva y culinaria. Algunos se han aventurado a compararla con la llamada leche de tigre peruana o esas cañas rebosantes de jugo de mariscos y de cebiche que se ofertan en los mercados de Mapocho en Santiago, pero no guarda semejanzas auténticas con esa otras sabrosuras: es más bien una preparación que combina elementos de los huevos a la ostra, el cebiche y el mariscal, resultando una fresca receta única y sin parangón, además de muy superior a otros experimentos con mariscos, pescados y limones que pueden verse en restaurantes de aire marino, para nuestro gusto. Como a las anteriores, sin embargo, también se le atribuyen poderes de "levantamuertos" (recuperación después de un trasnoche) y afrodisíacos -medio en broma y medio en serio-, al punto de que algunos lo apodan "El Viagra Chileno".

La "Copa Martínez" es exclusividad del reputado restaurante "Caballito de Mar", local N° 22 del Mercado Colón, local apodado antaño como "La Catedral del Cebiche en Chile". La copa cuenta con marca registrada en el Ministerio de Economía y sólo ellos pueden ofertarla, bloqueando así varios intentos de apoderarse de la copa entre otros comerciantes y hasta algunas ambiciones por arrebatarle la creación a la familia. Es tal el celo que los Martínez tienen por su preciado símbolo que incluso se resisten a comerciarla fuera del local y a vender franquicias para que otros puedan ofrecerla respetando su denominación y creadores.

La copa y el propio boliche son feliz producción de don Juan Martínez Valderrama, quien fue un querido comerciante y vecino ariqueño hijo de chileno y boliviana, casado con ciudadana de origen paceño, padre de la generación de Martínez que actualmente se encargan del "Caballito de Mar". El negocio ofrece desde sus inicios en los ochenta mariscales, peroles, cebiches varios, pailas marinas, pescados fritos y generosidades del mar en general, pero la "Copa Martínez" surge casi espontáneamente a partir de un platillo que don Juan gustaba de comer a modo de reconstituyente para trasnochados o enfiestados. Lo creó un día de aquellos, mezclando productos para combatir una fuerte resaca con la que había despertando, logrando dar así con la mezcla ideal a partir de los huevos a la ostra, mezclados con cucharadas de productos marinos al limón en abundancia.

Su copa se sirve muy fría y resultó interesante para el gusto de los ariqueños; casi fundamental para aquellos que andaban con la caña mala, diríamos, por lo que pasó rápidamente a la carta desde donde nunca ha salido, hará ya unos 20 ó 25 años. Sumada su sabrosura y su poder de pócima "levantamuertos" a la fama de ser también esa suerte de "Viagra Chileno", el éxito ha sido rotundo para la copa.

En términos generales, la copa lleva huevo crudo con jugo de limón, que se va batiendo y tomando consistencia mientras se agrega la pimienta y la sal, seguida de jugo de cuatro cebiches de pescado y mariscales a la vista en el mostrador, muy frescos, más algunas cucharadas del sólido, de molusquillos, de piures y más zumo, con detalles y proporciones de la receta que pertenecen al secreto culinario de la casa. Terminada, tiene un color blanquecino amarillento, y principalmente de consistencia mixta. Servida en la copa cercana al medio, su sabor es una bofetada de placer en el paladar y se vuelve casi adictiva de inmediato. Difícil sería probarla una sola vez en la vida.

La copa de insuperable caldo marino muy frío ha sido aplaudida y difundida públicamente varias veces: entre otros, por el escritor nacional Enrique Lafourcade, el guaripola guachaca Dióscoro Rojas (que quedó inmortalizado en una célebre fotografía de hace unos tres años), el periodista Marcelo Garay (con un jocoso artículo de "La Cuarta" del 24 de febrero de 2006, titulado "Con vieja 'Copa Martínez' no pasa planchas en ring de 4 perillas") y el reportero gastronómico boliviano Fernando Cervantes Crevoisier. Durante el año 2010, a propósito de los festejos del Bicentenario Nacional, también hubo interés en Arica por proponer la "Copa Martínez" para un reconocimiento como un platillo bicentenario y patrimonio gastronómico chileno.


Don Juan Martínez falleció el año 2004, dejando para Arica uno de sus símbolos culinarios más potentes y hasta internacionalizados, ya que cada año son cientos los turistas que llegan a conocer la célebre y energizante copa en el premiado restaurante. Sus hijos han continuado la tradición, y doña Jacqueline Martínez Blanco hasta se hace el tiempo para explicar generosamente a los visitantes sobre la naturaleza de este elíxir, acompañada de su hermana Consuelo. Su hermano Juan, en tanto, además de trabajar también en el local, desarrolla labores deportivas y de perfil social a través de un exitoso equipo juvenil de waterpolo que patrocina y que lleva el mismo nombre del "Caballito de Mar". También se instituyó una Copa Martínez de Fútbol, para campeonato local de balompié, por lo que la querida y solicitada copa sigue acumulando aplausos incluso más allá de sus mesones y manteles.

 

jueves, 5 de agosto de 2021

Proyecto A119


El Proyecto A119 o «Estudio sobre los vuelos científicos a la Luna» fue un plan altamente secreto desarrollado en 1958 por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos con la intención de hacer detonar una bomba nuclear sobre la superficie lunar. Se presume que la finalidad de dicho estudio, era demostrar la superioridad de los Estados Unidos en relación a la Unión Soviética, y el resto del mundo durante la Guerra Fría. Todos los detalles sobre el estudio fueron entregados por el Dr. Leonard Reiffel, que lideró el proyecto en 1958, desde una fundación investigadora financiada por el Ejército de los Estados Unidos. Carl Sagan integró el equipo responsable de la investigación de los efectos teóricos de una explosión nuclear a un bajo nivel de gravedad. Sagan acabó revelando su participación en el plan en 1959.

El «Proyecto A119» nunca se llevó a cabo, probablemente porque la llegada del hombre a la Luna iba a conseguir una mejor acogida por parte de la población estadounidense. Los documentos permanecieron secretos durante unos cuarenta y cinco años. A pesar de la revelación de los archivos a comienzos de la década del 2000, el Gobierno de los Estados Unidos nunca ha reconocido oficialmente su participación en la investigación.

Antecedentes

En plena Guerra Fría en el año 1957, la Unión Soviética tomó la delantera en la carrera espacial al lanzar el 4 de octubre de 1957 el Sputnik 1, el primer artefacto humano en alcanzar el espacio y orbitar el planeta. El lanzamiento sorpresa del objeto, combinado con el fracaso resonante de las primeras tentativas estadounidenses de colocar un satélite artificial en órbita, fue un problema para los Estados Unidos. Intentando recuperar el terreno perdido, el país lanzó una serie de nuevos proyectos y estudios, que acabarían dando origen al lanzamiento del Explorer I y la creación de la NASA y la DARPA en 1958, entre otros.

Objetivos

El programa consistía en hacer detonar una bomba atómica, de una potencia similar a la que fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en el año 1945 sobre el limbo lunar, cuando nuestro satélite presentara la fase de plenilunio. De esta forma, el hongo nuclear estaría iluminado por el Sol y su visión sería aún más terrorífica. Con ello se pretendía conseguir, mediante el efecto propagandístico, recuperar la moral del pueblo americano que cayó en picada tras el salto espacial de los soviéticos.

domingo, 1 de agosto de 2021

Charles D. B. King


Charles Dunbar Burgess King (n. Monrovia, 12 de marzo de 1875 - ibídem, 4 de septiembre de 1961) fue un diplomático y político liberiano de ascendencia américo-liberiana y criolla de Sierra Leona que fungió como el decimoséptimo presidente de la República de Liberia entre 1920 y 1930. Antes de ejercer la presidencia, King ocupó varios cargos diplomáticos, que volvería a ocupar luego de dejar el poder. En 1912 fue designado Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Daniel Edward Howard. Como tal en 1919 participó en la Conferencia de Paz de París como representante de Liberia y fue co-signatario del Tratado de Versalles.

Su presidencia se dio durante el régimen de la minoría américo-liberiana, por lo que el país era un estado de partido único de facto bajo el liderazgo del Partido Whig Auténtico (TWP) del que King era miembro. Durante la misma, a pesar de tímidos movimientos de reformistas, el régimen se mantuvo inamovible. Su victoria en las elecciones generales de 1927 está catalogada en el Libro Guinness de los récords como "la elección más fraudulenta jamás registrada en la historia". Obtuvo 243.000 votos y solo había 25.000 votantes legítimos.

Entre 1928 y 1930, el gobierno de King se vio sacudido por un escándalo político luego de que el líder de la oposición Thomas J. Faulkner denunciara que dirigentes de alta importancia dentro de su administración y su partido se beneficiaban económicamente del trabajo forzado en condiciones de esclavitud, vendiendo esclavos no américo descendientes a la colonia española de Fernando Poo. Ante la posibilidad de que la Sociedad de Naciones, que escuchó el reclamo, interviniera militarmente en Liberia, la Cámara de Representantes inició un proceso de juicio político contra King, quien dimitió el 3 de diciembre de 1930 para evitar represalias. Su vicepresidente Allen Yancy, uno de los principales implicados en el escándalo, también renunció, por lo que King fue sucedido por Edwin Barclay.

Falleció a la edad de 86 años en 1961.