domingo, 15 de junio de 2014

Menelik II



Menelik II ( Ankober, 17 de agosto de 1844 – Adís Abeba, 12 de diciembre de 1913) fue emperador de Etiopía (llamada en aquel entonces Abisinia). Fue negus de Soa, en la Etiopía central, y emperador de Etiopía desde 1889 a 1909. Menelik II transformó el país, a partir de una serie de estados semiindependientes, en una nación unida.
Era heredero al trono de Soa tras la muerte de su padre, el príncipe Hailu Malkot, en 1855, pero fue llevado a la corte del emperador Teodoro II de Etiopía, el mismo que había vencido a su padre, y que le daría a una de sus hijas por esposa. Más tarde conquista Soa y se proclama rey de este territorio, al cual aumenta anexionando otros, como los del pueblo Galla.

Posteriormente defendió la autonomía de Soa junto al emperador Yohannes IV, a quien sucedió en 1889 tras muchos intentos gracias a la ayuda de Italia. Ese mismo año anexionó los reinos septentrionales de Tigré y Amhara y firmó con Italia el polémico Tratado de Wuchale, cuya traducción al italiano incluía una cláusula por la que aceptaba el protectorado italiano, lo cual Menelik II no sabía.

En cuanto supo de los términos reales del acuerdo, lo rechazó , lo cual no agradó a los italianos, que más tarde, en 1894, invadieron Abisinia provocando una guerra entre ambas naciones. Los italianos pensaban obtener una fácil victoria, como en cualquier otro país africano, pero fueron vencidos en la batalla de Adua en 1896 y en ese mismo año Etiopía se proclamó vencedora e independiente. Firmó entonces un nuevo tratado con Italia, en el cuál Etiopía ganaba su reconocimiento como país independiente e Italia se quedaba con la colonia de Eritrea. Abisinia consolidó su independencia en 1906, año en el que obtuvo el reconocimiento internacional.

En 1886, fundó la ciudad de Adís Abeba y aplicó una política de modernización militar, económica y cultural que permitió asentar las bases de un estado moderno. En este proceso cabe destacar su intento de abolir el comercio de esclavos, el recorte de poder y privilegios de la nobleza feudal del país y la apertura del comercio con Yibuti, colonia francesa, gracias al permiso que otorgó a los franceses para construir un ferrocarril. A partir de 1903, cuándo sufrió su primer ataque de apoplejía, su salud comenzó a deteriorarse y, dos años más tarde, nombró sucesor a su hijo Liy Yassu, dejando de ser emperador en 1909. Convencido de que al comer páginas de la biblia sanaría, murió en 1913 en Adís Abeba, de un segundo ataque de apoplejía, mientras intentaba tragarse el Libro de los reyes.

Cabe destacar las siguientes anécdotas que Gregorio Doval cita en su obra El libro de los hechos insólitos

«Poco después de que fuera probada con éxito en 1887 la primera silla eléctrica de la historia, los fabricantes recibieron un pedido de tres unidades del negus de Abisinia (Etiopía) Menelik II (1844-1913). Cumplido el encargo, el emperador abisinio, comprometido con un programa de modernización de su país, no pudo llegar a estrenarlas por la sencilla razón de que Abisinia no contaba por entonces con energía eléctrica. El emperador, una vez superado el enfado con sus asesores, utilizó aquellas sillas como tronos imperiales.

En otra ocasión, se cuenta que Menelik dudaba de la posible solidez de un futuro puente cuya maqueta le presentaban para su aprobación. El monarca, decidido a probar, se acercó a la maqueta y la golpeó con el puño, causando el natural estropicio en el modelo, lo que, a sus ojos, demostraba la falta de solidez del futuro puente. Sus consejeros, ya escarmentados, prepararon un segundo modelo, esta vez con sólida madera; Menelik inmediatamente intentó aplastarlo, y como no pudo, aprobó el proyecto.»

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