sábado, 1 de diciembre de 2012

Trajano


(Marco Ulpio Trajano; Itálica, hoy desaparecida, actual España, 53-Selinonte, hoy desaparecida, Sicilia, 117) Emperador romano. Miembro de una familia de la pujante aristocracia de la Bética, desarrolló una brillante carrera militar a lo largo de los reinados de Domiciano y Nerva. En el año 97, Nerva lo adoptó y lo asoció a la sucesión imperial, con lo que se inició una costumbre que se mantendría durante la época de los Antoninos, por la cual, el emperador designaba un sucesor, a quien adoptaba, entre los aspirantes más cualificados.
La figura de Trajano fue considerada por la historiografía romana como la del Optimus Princeps, y su actitud de respeto por el Senado y por la tradición, así como su eficaz gestión de gobierno, le valieron la admiración de sus contemporáneos. Mejoró la Administración imperial, realizó numerosas obras públicas y, consciente del declinar demográfico del imperio, instauró diversas iniciativas tendentes a paliar sus efectos, protegiendo a las familias numerosas y a los huérfanos.

Sin embargo, es recordado, sobre todo, por sus campañas militares, que llevaron las fronteras del Imperio Romano hasta su punto de máxima expansión. Tras dos intensas campañas, la primera entre el 101 y el 102 y la segunda entre el 105 y el 107, las legiones consiguieron quebrar la resistencia del reino dacio del rey Decébalo. Ocupada Dacia, que fue repoblada por colonos, Trajano llevó a cabo una importante reorganización del limes antes de pasar a la ofensiva contra el enemigo tradicional de Roma en Oriente, los partos.

En el 113, un nutridísimo ejército romano inició el ataque, que lo llevaría a ocupar toda la Mesopotamia y conquistar ciudades como Babilonia y Ctesifonte, para llevar las armas de Roma hasta el golfo Pérsico. Estos límites territoriales resultaron más difíciles de conservar que de conquistar, hasta el punto de que una rebelión judía y el continuo hostigamiento por parte de los partos de Cosroes obligaron a Trajano a evacuar el sur de Mesopotamia. Enfermo, el emperador murió durante su regreso a Roma.

Emperador

Trajano se encontraba en Colonia cuando su sobrino segundo Adriano (futuro emperador y entonces tribuno) le comunica el fallecimiento de Nerva. Se convertía en emperador el 27 de enero del 98, a la edad de 45 años. El ser el primer emperador no itálico demostraba que la península itálica estaba perdiendo su papel central en la política romana. Una vez nombrado emperador, no marchó rápidamente a la capital, sino que se limitó a sustituir algunos hombres infieles, a castigar a los pretorianos involucrados en la revuelta contra su predecesor, reduciendo a la mitad el tradicional donativo para celebrar el ascenso al trono. Una de sus primeras actuaciones fue mejorar la red de carreteras entre Mogontiacum (Maguncia) y Augusta Vindelicorum (Augsburgo). Además inició la construcción de un limes para asegurar los Campos Decumanos (Agri decumates, tierras germanas en el lado derecho del Rin), que habían sido ganadas para el imperio bajo Domiciano. Hasta que no estuvo satisfecho con la seguridad del territorio entre el Rin y el Danubio, no marchó a Roma, donde hizo su entrada triunfal dos años después de ser nombrado emperador, tras de haber asegurado la frontera renana.

Legado

A diferencia de otros gobernantes apreciados a lo largo de la historia, la reputación de Trajano ha perdurado sin menoscabo durante casi dos mil años, hasta la actualidad. Trajano fue recordado por sus contemporáneos como uno de los más grandes emperadores, equiparable sólo a Augusto. Recibió el título de Optimus Princeps (el mejor de los príncipes) por parte del Senado, tanto por sus conquistas, como por sus construcciones a lo largo de todo el Imperio y el buen trato que tuvo con los senadores.

En los siglos posteriores, tanto en el Imperio romano como durante buena parte del Bizantino, cada vez que un emperador ascendía al trono, el Senado siempre expresaba el siguiente deseo: Felicior Augusto Melior Traiano. Es decir, «que sea más afortunado que Augusto y mejor que Trajano», simbolizando ambos príncipes las cumbres de la etapa imperial.

La cristianización de Roma dio como resultado un mayor embellecimiento de su leyenda: se decía en la época medieval que el papa Gregorio I, a través de la intercesión divina, resucitó a Trajano de entre los muertos y lo bautizó en la fe cristiana. Un relato de esto aparece en la Leyenda Áurea. Entre los teólogos cristianos medievales, como Tomás de Aquino, fue considerado como ejemplo de pagano virtuoso. En la Divina Comedia, Dante, siguiendo esta leyenda, ve el espíritu de Trajano en el Cielo de Júpiter con otras personas históricas y mitológicas destacadas por su justicia, entre los seis espíritus justos que forman el ojo del águila mística. También aparece en Piers Plowman. Varias obras de arte reflejan el episodio conocido como la justicia de Trajano. La anécdota se refiere a una viuda que lo paró mientras se dirigía a la campaña de Dacia. Esta lo detuvo con su llanto, suplicándole que le concediera justicia encontrando y castigando justamente al culpable de la muerte del hijo. Trajano le aseguró que se ocuparía del caso a su vuelta. La viuda entonces le recordó que podría no volver, por lo que Trajano le garantizó que en tal caso actuaría su heredero en lugar suyo. Entonces la viuda le hizo notar que en aquel caso no habría mantenido su promesa, porque entonces el caso no lo hubiera resuelto él y, aunque obtuviese justicia, no sería por mérito suyo. Entonces Trajano bajó del caballo, buscó y castigó al culpable, concedió justicia a la viuda y marchó a la guerra.

Para estar más cercano al pueblo romano, Trajano hizo escribir sobre la puerta de su residencia Palazzo Pubblico, para que todo el mundo pudiese entrar en él libremente. Solía recibir, personalmente y sin cita previa, a quien quisiera conseguir de él justicia. De lo que deriva otra anécdota célebre: ante las protestas de su secretario, que se quejaba de que su señor confiase incautamente en todo el mundo, Trajano le contestó: «Trato a todos como quisiera que el Emperador me tratase a mí, si fuese un ciudadano particular».

El historiador del siglo XVIII Edward Gibbon incluyó a Trajano entre los cinco emperadores que gobernaron el gran territorio del Imperio romano «por un poder absoluto, guiado por la virtud y la sabiduría», considerando que

    Si se pidiera a cualquiera que determinara el período de la historia del mundo en que la condición humana fue más próspera y feliz, mencionaría sin dudar la que se extiende entre la muerte de Domiciano hasta el ascenso de Cómodo.

«Traian» se usa como un nombre de pila en la Rumania actual, entre otros, lo tienen el presidente Traian Băsescu. En el himno nacional de Rumania, Deşteaptă-te, române!, se evoca a Trajano en la estrofa décimosegunda:

        Şi că-n a noastre piepturi păstrăm cu fală-un nume
        Triumfător în lupte, un nume de Traian!

La traducción del rumano al castellano dice:

        ¡Y que en nuestros corazones guardamos con orgullo un nombre
        Triunfante en las batallas, el nombre de Trajano!


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